Hola todos



Os doy la bienvenida a este nuevo blog, que sólo pretende ofrecer relatos de calidad a los lectores y alguna que otra cosa que irá surgiendo.



Espero que lo disfruteis, y agradezo de antemano a todos vuestros comentarios y participación. Saludos



30 de marzo de 2012

El viaje por carretera

Ya habíamos preparado las maletas para relizar un nuevo viaje e íbamos a cargarlas en el coche. No entendía por qué Cleo no estuvo de acuerdo conmigo en poner los cristales oscuros en los asientos de atrás ni en la luneta, en el taller esta semana que lo tenía concertado, pero lo iba a averiguar pronto.

Salimos a la carretera y comenzamos el viaje. Salimos de Málaga y todo iba tan normal aunque la notaba extraña. Miraba mucho hacia fuera y no sabía que le pasaba, pero no le pregunté pues no le dí mayor importancia. Llevaba una faldita corta como la que suele llevar para ir a la playa y una camiseta de tirantes, aunque por encima se había puesto una rebeca de hilo. A la altura de Alicante su comportamiento empezó a cambiar. Empezó a sacar temas de nuestras relaciones sexuales, recordando cosas que hacían que me empezara a excitar. Ella me hablaba ahora con gestos y movimientos más sensuales, y hasta cambió la voz que la puso más dulce y más interesante. Se estaba poniendo cachonda por momentos cuando con mucha suavidad extendió su mano y empezó a acariciar mi verga por encima del pantalón. Cada vez lo hacía más fuerte. Trataba de ponérmela dura y eso es algo que no tardaría en suceder.

Se quitó la rebeca y dejó a la vista la camiseta de tirantes donde se marcaban claramente sus pezones puntiagudos y aunque ya lo había intuído, ella me sacó de dudas en seguida diciéndome…

- No me he puesto sujetador esta mañana.

Mientras, se cogía los pechos por debajo como para mostrármelos, a lo que yo sonreí pues sabía que me ponía mucho.

Ccon una mano volvió a acariciarme fuertemente la verga, que estaba doblada pues ya la tenía muy dura y trataba de escapar del boxer y del pantalón. Con la otra cogió mi mano derecha y se la llevó a una de sus tetas, haciendo que se lo amasara como si fuera una pasta a punto de entrar en el horno. Yo seguí tocándosela a la vez que conducía y miraba de vez en cuando hacia ella cuado me soltó la mano para acariciarse ella el otro pecho. A continuación empujó el tirante del hombro que quedaba a mi lado, que cayó descendiendo poco a poco, y así dejó al aire su pecho para que tocara su suave piel y sus pezones duros como piedras. Al primer roce en su aureola contraída y su pezón, lanzó su primer gemido ahogado por la respiración entrecortada. Siguió tocándose con cara lasciva y ví como empezaba a bajar la mano derecha por su cintura para pasar al muslo y rozar su entrepierna, y con las mismas, se levantó su minifalda y me dijo con cara de viciosa,

- Tampoco me he puesto bragas,

mientras me mostraba todo su coño rasurado como siempre. Aquello me puso a cien y ella sólo pudo morderse el labio inferior haciendo ver que estaba muy pero que muy cachonda.

En ese momento me dijo:

- Me encuentro super bien, muy excitada y muy contenta con mi cuerpo…quiero mostrarlo, quiero mostrarme a los demás, deseo que me vean desnuda, quiero enseñarle mis grandes pechos a los demás conductores, quiero sobármelos mientras me miran, quiero que vean lo buena y lo cachonda que estoy.

Diciéndo eso comezó a hacerse una paja tras meterse un dedo y sacarlo empapado de su flujo brillante para empezar a estimular su clítoris. Estaba fuera de sí. Me miraba como si pidiese mi aprobación, pero ella sabía que con lo cachondo que estaba yo no le iba a decir que no, pues además no implicaba ningún peligro. Sin embargo, no tuve ni que hacer ningún moviemento con mi cara. Una leve sonrisa pícara le dejó saber que estaba deseando verla así.

Cleo seguía masturbándose y cerró los ojos. En el fondo le daba algo de vergüenza pues era la primera vez que se iba a exhibir de esa forma, así que como solía hacer, se abandonó al placer que ella mísma se estaba proporcionando con sus caricias junto con las mías, para olvidarse de todo y que la vieran mientras se metía un dedo tras otro, mientras jugaba con su clítoris empapado y con sus labios mayores.

Yo traté de facilitar la tarea, así que cuando ella ya estaba a tope, hice el ademán de adelantar a un camión, pero aminoré la velocidad y me quedé en paralelo para que el conductor pudiera disfrutar de la vista. Y vaya si lo disfrutó. Yo no pude verlo, pero Cleo al notar que me frenaba abrió los ojos, y fué cuando se encontró cómo la miraban desde arriba con lujuria. La expresión de su cara me hizo saber que había llegado al tope de excitación, ¡¡La estaban viendo cómo se metía los dedos!! y eso sólo hizo que llegara a un orgasmo bestial, con un alarido que seguramente hubieran podido escuchar desde fuera. Siguió convulsionando de placer con movimientos bruscos y entonces paró un poco….se agarró los pechos y se relajó un poco.

Pensé que se sentía un poco avergonzada pues no quiso volver a mirar por la ventanilla pues me miraba a mí con cara de no saber lo que había pasado, por lo que aceleré para terminar de adelantar al camión cuando una bocina ruidosa sonaba detrás nuestra como para agradecer el espectáculo ofrecido. En ese momento volvió a sonreir y con cierta ironía me dijo:

- ¿crees que le habrá gustado lo que ha visto?

- No lo dudes mi amor, tú no dejas impávido a nadie, y menos a los salidos estos con un show como el que acabas de mostrar. Yo también me he puesto palote, estoy muy caliente pues me gusta verte así cachonda y puta.

Cleo se sonrió y se acercó a mí para darme un morreo a boca abierta introduciendo su lengua en mí de la forma más salvaje imaginada. Tuve que aguantar tal beso increíble mientras miraba a la calzada para no tener un disgusto.



Se recostó de nuevo en el asiento y le pregunté que cómo había sido la experiencia para ella, pues aunque yo lo había vivido con ella, me pone mucho cómo me lo cuenta ella, como se sincera y se deja llevar contándome todo lo que se le pasa por la cabeza sin tapujos.

Con una sonrisa que no se le iba de los labios me explicó que había sentido algo de vergüenza pero las ganas de correrse eran más fuertes y pasó de todo. Además era la experienia que quería vivir.

- Pero Cleo, -le dije,- si apenas has abierto los ojos, no sabes si te miraban o no.

- Claro que me miraba -me respondió- Lo tenía claro, además cuando abrí los ojos noté como me penetraba con los suyos…estaba con la boca abierta pues no se lo podía creer. Ha sido muy excitante.

- Aún así creo que no te has exhibido tú, más bien, te han visto, que es distinto.

- ¿Crees que no me he exhibido viéndome como me han visto? -Me dijo riéndose.

- ¿Pues sabes?, vamos a repetirlo, estoy muy cachonda y la experiencia me ha gustado. Pero esta vez lo voy a hacer para que disfruten más los demás que yo misma.

- ¿Cómo? No te entiendo.

- Atento y verás. -me dijo mientras se incorporaba y volvía a sacar sus pechos al aire. Se puso las gafas de sol de pantalla grande y con sus tetas en la mano, estaba preparada para abordar al siguiente vehículo. Pero se cortó, eran dos ancianos y no quiso excandalizarlos. Nos reímos un mucho de la situación.

- Cleo, si lo llegas a hacer igual provocas un accidente pero por paro cardíaco del señor.

Seguimos con risas durante un rato, pero cuando nos acercamos a la siguiente víctima me dijo: -Ve ahora despacio pero no pares, adelántalo pero despacio-.

El coche era un vehículo familiar, con un hombre que rondaría los 45 años. Cleo se quedó mirándolo y empezó a mostrarle las tetas como si tratara de vender dos frutas exóticas intentando metérselas por los ojos. Las movía arriba y abajo pero de forma exagerada, nada sensual, más bien divertido, pero sin dejar de ser dos tetones en movimiento.

El hombre en un principio no daba crédito a lo que veía. Al girar la cabeza por reflejo normal cuando te adelantan se encontró con dos enormes pezones saltando delante de él. Se notó mucho cómo se sorprendió por cómo abrió los ojos y la cara que se le quedó. Cuando lo asimiló, puso una cara de gusto tremendo haciendo gestos como diciendo uuuuuffffff, vaya par de tetas!! a lo que Cleo empezó a sonreir y a amasárselos sin dejar de mirarlo escondida tras sus gafas negras.

El hombre me miró a mí con cara de estupor como esperando un gesto de desaprobación por mi parte por estar mirando, pero en lugar de eso, le vanté la ceja y los hombros como diciendo, "a mí no me mires, díselo a ella".

Con ese “permiso” el hombre no pudo más que sacar su lengua y empezar a moverla como queriendo lamerle los duros pezones. Ella seguía frotándose y se empezaba a poner de nuevo cachonda. Ya dejó a un lado la risa para empezar a gemir de nuevo. La situación volvió a ponerla a mil y se incorporó un poco girándose completamente hacia fuera sentada sobre una de sus rodillas. El hombre seguía pidiendo más y notamos cómo empezaba a tocarse el paquete por el movimiento de su brazo. Cleo hizo lo propio y empezó a bajar la mano para masturbarse de nuevo, pero por circunstancias del tráfico tuve que acelerar y terminar de adelantarlo, y ya no era plan de volver atrás.

- Joder, se ha estropeado la escena. Ahora que estaba más caliente y tenía al tío dominado.

- No he podido hacer otra cosa, me pedían paso por detrás con ráfagas. Igual también querían ver la escena que seguro que algo han catado desde atrás.

- Vaya, me he quedado a medias.

Me volvió a decir mientras se seguía tocando. Estaba seguro de que quería pajearse delante de aquel hombre como hizo con el camionero, pero esta vez viéndolo más fijamente. No se resistió y siguió masturbándose y con las mismas, se giró hacia mí y desabrochando mi bragueta sacó mi pene y empezó a chuparlo como una posesa. En muy pocas ocasiones la había visto tan excitada. -Estoy a tope cariño- me repetía una y otra vez. -Quiero que me folles!!-.

Pero le dije que ahora no iba a parar. Que teníamos todavía que seguir camino y que pararíamos más adelante a echar gasolina.

-Pues de todas formas te la voy a comer, voy a tragarme toda la leche que tienes ahí para mí, dámela!!- me decía casi gritando. En ese momento y con el subidón de adrenalina de ambos, quise que ella repitiera la experiencia ahora ya en una zona de autovía con 3 carriles, por lo que no molestaríamos a nadie. Mientras ella seguía chupando con todas sus fuerzas, desatada, ví un coche delante mía donde se apreciaban 3 personas. Era un Golf rojo, con 3 jóvenes dentro a los que empecé a dar ráfagas para que se hicieran a un lado y me prestaran atención. Mientras me pegaba a ellos le dije a Cleo que se incorporara, que iba a tener público, pero no me hizo caso, estaba completamente entregada en la comida de polla que me estaba haciendo y que de seguir así, no duraría ni un minuto en que me corriera en su boca.

De la misma forma, agarré su frente y la levanté contra su voluntad.

-Déjame que te la coma!!!- me repetía casi sollozando por el ansia de su calentura.

-No mi amor- le dije, -quiero que cumplas tu fantasía, quiero que termines lo que no pudiste terminar antes pero con este otro coche-. Al incorporarse dejó mostrar toda su delantera.

El vehículo que se había echado a un lado, estaba a punto de ser rebasado y los ocupantes parecían estar esperando con cara de pocos amigos para increparme por las prisas y las ráfagas, pero todo cambió cuando vieron aparecer esa maravilla ante sus ojos. La cara se les cambió por completo. Sin saber ni cómo tenían ante sus ojos a una preciosa dama de bellos pechos desnudos con sus pezones puntiagudos apuntando directamente hacia ellos.

Los chavales no pasaban de 22 o 23 años. Parecían delgados, modernos por los peinados y sus crestas como los chicos de ahora. Sus caras de asombro hacían creer que nunca habían visto dos tetas iguales en su vida. Estaban con las bocas abiertas literalemente y muy exaltados riéndose y diciéndose cosas unos a otros apuntando en la dirección de Cleo.

- Ánimo cariño, demuéstrales lo puta que eres!-, se giró, me sonrió y dijo: -Van a saber estos quién soy yo!.

Y comenzó a sobarse las tetas de forma brutal, poniendo caras de viciosa y actuando para ellos. Se subía con ambas manos el pelo por el cuello para darles una visión más amplia, quitándose la melena de encima de sus senos. Empezó a tocarse los pezones y miraba cómo los chicos se iban poniendo más y más berracos. El que estaba sentado en el asiento del copiloto ya no sabía cómo hacer para no peder detalle entre las puertas, los cabeceros y las cabezas de sus amigos, mientras el que conducía miraba adelante y a un lado alternativamente pero muy rápido pues no se quería perder nada tampoco. Por otro lado, el que iba sentado detrás no paraba de dar botes en el asiento trasero.

Cleo siguió estimulándose y viendo cómo estaban nuestros vecinos decidió seguir calentándolos cogiéndose el pecho derecho por debajo con una mano y dirigiendo su pezón hacia su boca. Sacó su lengua lentamente y se lamió la punta como si estuviera probando el sabor de algún dulce nuevo.

A continuación bajó su mano izquierda mostrándola cómo iba recorriendo de arriba a abajo su cuerpo para metérsela en su coño y empezó de nuevo a masturbarse. Las cara que ponía ahora no era para calentarlos, eran sus verdaderas caras de placer. No paraba de jadear y de decirme,

- Qué gusto cariño, qué sensación. Me están mirando, están viendo como me toco, estoy muy cachonda mi amor. Voy a correrme….aaaaaaahhhhh.

Y con otro orgasmo se apoyó en el cristal por lo que debieron ver cómo se aplastaban sus tetas contra él.

Yo estaba excitadísimo y también quería participar en su placer, por lo que extendí mi mano y comenzé a tocarle el culo.

- Sí cariño, tócame, tócame. Necesito sentirte, tócame. Méteme los dedos!!!

Y sin mediar palabra seguí sus deseos introduciéndo dos dedos directamente por su vagina que estaba chorreando de flujos. Mientras con una mano se acariciaba el clítoris, con la otra se apoyaba en el cristal junto con su cara y sus pechos para poder sacar un poco el culo hacia mí y facilitarme la tarea, notando así mis dedos más dentro aún.

Su respiración era fuerte, jadeaba sin parar. Sin verla sabía que tenía los ojos cerrados como hace siempre que tiene orgasmos tan fuertes. Empecé a mover los dedos de forma circular sacando de su garganta los gemidos más graves hasta el momento.

- AAAAAaahahhhhhhhh aAAAAAAhhhh, no pares mi amor, no pares mi amor- me repetía una y otra vez. -Me voy a correeeeeer, no pareees.

Por un momento nos habíamos olvidado de los chicos, pero una vez tuvo el siguiente orgasmo se quedó como inmóvil. Entonces el otro coche empezó a pitar y pitar como pidiéndo más.

Empezaron a hacer como que se estaban pajeando haciendo gestos con las manos como queríendo tocarle las tetas y sacando sus lenguas para lamerla entera.

Entonces, Cleo que ya estaba satisfecha, se volvió a chupar un pezón, y con las mismas les lanzó un beso con la mano, se puso la camiseta e hizo un gesto como de…”lo siento, se acabó”, sonrió y entonces terminé de acelerar…..

- Qué tal mi vida? Cómo te encuentras?

- Ufffff, estoy extasiada. Ha sido super excitante. No te lo puedo explicar con palabras…ha sido toda una experiencia…¿has visto las caras de los chavales? Jajaj

- Claro que sí mi amor, y porque no has visto la mía que estaba peor que ellos, jajajaja.

- Me pones muchíisimo. Me gustas que seas así.

- Así de puta?

- Sí, así de puta, pero puta conmigo.

- No te ha molestado que lo hiciera cariño?

- No mi amor, sabes que yo sólo deseo darte placer como sea. Me gusta verte así, sintiéndote bien con tu cuerpo y orgullosa de él como estoy yo de esas curvas que me hacen volverme loco.

- Entonces, ¿en serio que no te importa lo que ha pasado?

- Sabes que no. Además yo también he querido que lo hicieras. Tan sólo me molestaría si esto no fuera un juego de excitación y de exhibicionismo, si no que realmente estuvieras deseando a uno de ellos más que a mí, o que necesitaras de estas cosas para ponerte cachonda simplemente.

- ¿Cómo dices eso? Sabes que sólo te quiero a tí y que me gusta disfrutar de estas cosas juntos, si no no sería lo mismo, no tendría gracia ni me excitaría.

- Te quiero mi amor.

- Yo a tí también. Gracias por permitirme hacerlo. Sabías que tenía ganas y era uno de mis sueños eróticos.

- Me lo he pasado genial yo también, en serio.

A continuación de un beso de campeonato y de un abrazo difícil mientas conducía, Cleo volvió a hablar.

- Quiero comértela, sigo muy cachonda.

Y empezó a tocarme de nuevo mi polla dura. Quise resistirme pues en breve habría que parar a repostar y ahí sería un buen momento para echar un polvo, en el area de servicio, pero ni yo me podía aguantar más ni ella iba a permitirmelo. Así que sin más agarró firmemente mi miembro erecto con el capullo morado a punto de reventar y se la metió en la boca como si le fuera la vida en ello. Empezó a chupar rápidamente, sorbiendo con fuerza y rozando con su lengua mi glande una y otra vez….

- No puedo maaaas, me voy a correr, nenaaaaaaa, aaaaaaaaaha,,,

La sacudida que sentí desde lo más adentro de mis testículos fué brutal y empecé eyacular en su boca, mientras ella tragaba a la vez que gemía sin parar de frotar arriba y abajo la piel de mi verga.

Cuando ya no pude aguantar más el roce la aparté y ví cómo se incorporaba relamiendose los labios y diciéndome lo rica que estaba mi leche, poniéndome más excitado aún si cabe.

- Mi amor, te quiero, -le dije sin pensar en nada más, respondiéndome ella con su preciosa sonrisa-.

Seguimos durante unos 45 minutos y la luz de la reserva hizo aparición. Teníamos que buscar un área de servicio para repostar. Al poco vimos un cartel que anunciaba el sitio a unos 2 kilómetros y no dudé en dirigirme hacia allí sin apurar la gasolina.

Cleo ya se había compuesto, pero seguía como entró en el coche, sin ropa interior y sin la rebeca que había dejado en la parte trasera. Paré cerca de un surtidor y le dije que entrara ella mientras yo echaba gasolina a comprar bebidas y algo para picar por el camino. Al salir se dió cuenta de que una pareja que estaba repostando en el surtidor de al lado se percataron de que no llevaba ropa interior, pues al bajar del coche sin darse cuenta dejó ver parte de su entrepierna, cosa que chocó a ambos espectadores. Ella dirijó una rápida mirada a su pareja que por un momento se había quedado paralizado como tratando de pensar si había visto en realidad lo que había visto. Pero la mirada seria de ella le hizo desistir en seguir a Cleo por la pista y volvió a lo suyo, no sin antes levantar los ojos casi sin querer una vez más.

El que no le quitaba ojo de encima era el dependiente que esperaba a cobrar a los clientes siempre tras del mostrador y que por el cristal del establecimiento pudo comprobar cómo sus dos pechos se movían de lado a lado de la forma más natural. Se notaba que no llevaba sostén, sobre todo cuando para esquivar uno de los bordillos dió un par de saltitos que casi hace que se le saliera un pecho por la camiseta de tirantas escotada. Todo este movimiento hizo que sus pezones no pararan de rozar la camiseta y que la sobra que daba el techo de la gasolinera y el suave viento que soplaba por allí hizo que éstos se pusieran erectos, marcándose claramente dos botones en dicha prenda.

Cleo lo notó y no paraba de mirar hacia abajo para ver cómo se marcaban y cómo al contraerse la aureola, se ponian más negros y empezaban a transparentarse un poco. Ahora se sentía algo incómoda pero pensó que no era nada comparado con lo que había hecho hace un rato.

Se acercó a las neveras y al abrir una de ellas para sacar un par de cervezas, el aire tan frío que salío de allí le hizo sentir cómo su piel se tensaba y sus pezones se ponían aún más duros ante la atenta mirada del encargado que trataba de ver si dejaría escapar algo más de carne por su escote. Cleo no quería intimidarlo tan descaradamente. Esto era distinto a lo que pasó en el coche. Así que se hizo la despistada mirando cosas de la tienda y buscando mi mirada esperando que le dijera que ya podía pagar. De esa forma no estaría parada delante del encargado que la miraba cada vez con más lujuria más tiempo del necesario.

Cuando ya estaba terminando de repostar oí cómo se acercaba un coche por la calle de dos surtidores más atrás a la vez que estaba mirando a Cleo, que en ese momento cambió su cara por completo. Se quedó pálida. Noté una expresión extraña en su rostro y trataba de dirijir mi mirada con la suya. Me estaba haciendo gestos para que mirara detrás mía. Cuando me giré los ví. Era el golf rojo con los tres chavales dentro que aún no habían dado cuenta de mí ni de mi coche, quizás porque no lo asociaban a lo que realmente les interesó antes, que eran las preciosas curvas de Cleo y sus movimientos.

Ella se estaba poniendo nerviosa desde dentro pero el depósito aún no había terminado de llenarse cuando se bajaron dos de ellos y pasaron por mi lado sin darse cuenta. Mientras el otro hacía como yo, repostar su coche. Seguí mirando a los chavales que se acercaban a la tienda de la gasolinera. Uno era más bien alto, y el otro más bajo que yo. El que quedaba junto al coche era de mi misma estatura, pero todos eran algo más delgados. Parecían atléticos, o al menos hacían algo de deporte.

Vestían con polos y pantalones vaqueros pirata y uno de ellos con bermudas de playa. Cleo se acercó al mostrador para darles la espalda y que no la vieran pero a su vez puso sus pechos encañonando al encargado, que no supo más que mirarle las tetas y el escote mientras le preguntaba si le cobraba o esperaba a la gasolina.

El surtidor saltó y colgué la manguera y le hice señas de que pagara. Ella estaba nerviosa, no quería que la vieran allí dos tipos para los que se había desnudado apenas una hora antes de esa forma tan lasciva para calentarles. Pero eso mismo también hizo que se excitara ante la duda de cómo reaccionarían ellos y ella misma al verse. Notó como sus flujos comenzaban a resbalar levemente entre sus labios vaginales. Finalmente, uno de los chicos la vió de perfil y llamó la atención del otro, que mirando hacia afuera encadenó las piezas del puzzle coche, novio, putilla. Ambos se quedaron pasmados, cuando ella salió disparada hacia la puerta, mirando hacia abajo por el corte que le suponía el que la reconocieran en vivo. Pero ambos empezaron a sonreir y poner cara de salidos y oí como uno llegó a decirle un

- ¡¡Adios guapa!!, ¿ ya no te acuerdas de mí?

Y se echaron a reir. Entonces comenzó a caminar más rápido hasta el coche lo que hacía que sus tetas aún se movieran más revoltosamente y también atrajo la atención del conductor que ya había conectado con sus colegas y conocía de la existencia de la chica del orgasmo en carretera.

Nos metimos en el coche y Cleo me dijo que arrancase y que nos fuéramos, pero se encontraba algo extraña, confusa, con la respiración entre cortada y medio risueña.

- ¿Qué te pasa? me estás asustando. ¿Es por estos chicos?. No pasa nada, lo hecho hecho está y te lo pasaste bien. ¿Qué más te da lo que piensen ahora? ¿Qué te importa que hayan visto a pie de calle?

- Tienes razón, pero ha sido raro. Estoy nerviosa por lo que ha ocurrido, y encima ese encargado mirandome en plan baboso.

- Te noto alterada pero excitada. Por cierto, me debes un buen polvo niña.

Al decir esto, pareció que hubiera desatado el cajón de pandora. Se avalanzó sobre mí como una gata en celo. Estaba excitadísima y muy cachonda con la situación, pero no había sabido expresarlo bien. Ni ella mísma sabía qué había sentido en el momento de cruzárselos, pero ahora ya sí. Había experimentado el sumun del exhibicionismo. Tras mostrarse toda ella, luego había podido pasar airadamente por al lado de sus espectadores sabiendo que aún seguían cachondos y eso le ponía mucho. Pero claro, no habían pasado más que unos metros de la gasolinera cuando se me tiró encima y eso lo pudieron ver bien todos. Yo traté de seguir adelante pero viendo que no iba a parar, seguí conduciendo muy despacio para aparcar en la zona de descanso de detrás, junto al almacén del restarurante, el parking más retirado.

Entonces, sin apagar el motor para que funcionara el aire acondicionado, nos pasamos a la parte de atrás y reclinamos todos los asientos, conviritiendo el coche casi en una cama con ruedas. Empezamos a abrazarnos y a besarnos frenéticamente comiéndonos literalmente y arrancándonos la ropa quedándonos completamente desnudos los dos. Dándome un empujón, me tumbó y abriendo sus piernas se sentó encima mía dejando que clavara mi poya dentro de su coño, desapareciendo esta dentro mientras ella exhalaba su primer gemido con los ojos cerrados y con la cabeza hacia atrás. Empezó a menear sus caderas primero en círculos para ir dilatando más aún sus paredes para luego empezar a botar encima mía. No parábamos de gemir los dos deseosos de darnos placer mutamente, ansiosos por corrernos, y con las caras desencajadas de puro vicio. Sólo pensábamos en tener sexo salvaje en ese momento. Yo trataba de que ella notara toda la extensión de mi miembro dentro de ella, mi pene caliente dentro de su cueva rozando cada una de sus terminaciones nerviosas que harían que se retorciera de placer notando tal verga atravesándola, mientras le tocaba, acariciaba y golpeaba los pechos según me apetecía. Seguía subida encima mía con ganas ambos de corrernos cuando de repente noto que ella se queda paralizada. Su cuerpo tenía contracciones, como si de calambres se trataran y a la vez que le venía un orgasmo bestial, un sonido desgarrador de su garganta me decía

- Están ahí, están mirándonos amor…

Mientras seguía jadeando. En el momento de ir a correrse los vió aparecer y todo mezclado, los nervios, la excitación, la sensación de que la estaban mirando y demás hizo que tuviera el mayor orgasmo que haya podido ver en ella.

Yo no podía ver nada porque estaba tumbado y le iba preguntando, dónde estaban, y qué hacian y ella me lo iba narrando al tiempo que seguía moviéndose encima mía. Yo la miraba a ella y ella no les quitaba el ojo de encima a ninguno.

- Dime qué hacen.

- Nos han seguido parece, han pasado por detrás nuestra cuando me han visto completamente encima tuya por la luneta trasera y ahora están aparcado al lado, a una distancia de dos coches.

- Olvídate, sigue follando como lo estás haciendo amor.

Yo trataba de aguantar todo lo que podía para que ella disfrutase aún más de este momento aunque el hecho de que se pusieran allí también me hacía pensar en las posibles consecuencias y me mantenía alerta.

- Están mirando por las ventanillas. No paran de mirarme, estoy muy cachonda cariño.

- Sigue así mi vida, gózalo, disfrútalo. Tócate las tetas, lleva las mías a tus pezones.

A continuación y sin quitarles ojo, tomó mi mano y cogiendo dos de mis dedos, se los metió en la boca y empezó a chupármelos. Agachó bien la cabeza para no darse con el techo del coche y no paraba de moverse, chuparme, tocarse los pechos y jadear.

- Siguen ahí?

- Si mi amor, quiero que me vean.

Decía con una voz casi de niña chica caprichosa a punto de sollozar, provocado por la mezcla de tensión, placer, morbo, etc. -¿No te importa cariño?- Decía casi con voz de arrepentimiento.

- No mi vida, si a tí te gusta y te pones cachonda follando conmigo, no me importa cariño. Lo primero eres tú amor mío.

Y eso le gustó aún más escucharlo, pues así no tuvo la sensación de estar haciendo algo malo. Y de la misma forma los siguió provocando con sus gestos y movimientos. Al haber aparcado casi junto a nosotros, nos habíamos quedado de lado, por lo que Cleo me movió para que me tumbara a lo largo del asiento trasero, y así poder ofrecerles un primer plano de sus tetas y de su raja cuando se montara encima mía, pero la sorprendí y aproveché para ponerme por detrás. La agarré rápidamente y empecé a metérsela con tanta fuerza que le arranqué un nuevo orgasmo que pudieron escuchar desde fuera. Estábamos follando como animales y en una de mis embestidas Cleo se quedó apoyada en el cristal, pero con mis movimientos, la postura era incómoda, pues la tenía atrapada contra la puerta.



Sin querer apoyó su mano en el pasamanos y empujó hacia abajo el botón de la ventanilla trasera, que bajó sin parar por el toque automático, mostrándola desnuda, al aire y con la cabeza y casi las tetas fuera del coche.

Ese fué otro momento de tensión para ella, pues se asustó al ver cómo los tres chavales se bajaron del coche con mucha determinación hacia nosotros, dos con sus pollas en las manos dentro del pantalón y el otro, el de las bermudas ya salía sin pudor con ella al aire a la vez que se la estaba meneando.

Cleo por miedo les hizo dar el alto con la mano, aunque apenas podía mirarlos del placer que estaba sientendo por mis arremetidas por detrás. Con voz jadeante les dijo que se quedaran ahí, que nos vieran desde ahí, prometiéndoles un espectáculo genial.

Ellos aceptaron y se quedaron a cierta distancia pero arrimados unos a otros para no perder detalle. Ella se incorporó y sacó la mitad de su cuerpo fuera del coche dejando ver cómo caían sus tetas dándoles el sol, mientras con una mano me llamaba la atención para que siguiera dándole desde esa posición. Yo lo intentaba pero en esa postura era complicado, aún así, lo hice y ella gemía más y más.

Los chavales estaban ya todos con las pollas fuera masturbándose sin parar y con cara de pensar que nunca más iban a tener una experiencia como esa. Un pibón follando delante de ellos de esa forma. Los tres chavales calzaban pollas de diferentes tamaños. Uno pequeña, otro como yo, pero algo más fina, y el alto y más corpulento, una algo más grande.

Cleo estaba mojadísima viendo como tres pollas se pajeaban mientras se recreaban sus miradas en su figura que no paraba de estremecerse y gemir.

De repente uno de ellos, el que la tenía más pequeña y estaba más nervioso dió un grito de placer y se corrió sotando su leche en dos veces y el resto en su mano y ella al ver esto empezó a gemir aún más fuerte. La había excitado sobremanera mientras seguía entrando y saliendo de mí. Por un momento, al estar tan súmamente caliente, cerró sus ojos mientras seguía jadeando y se agarró uno de sus pechos en actitud cariñosa hacia él.

Sin haberlo notado, uno de los chicos se había acercado con la emoción y estiraba su mano para acariciarle el otro pecho. Al sentirlo, en un primer momento no se dió cuenta, pero en seguida abrió los ojos entre gemidos y lo miró fijamente sin decir nada, sin más expresión que la del gusto que estaba teniendo en ese momento pero como quedándose inmóvil, y entonces el chico no aguantó la mirada y se retiró un poco. Cleo algo desconcertada se metió hacia dentro del coche, me tumbó de nuevo y se dispuso a metérsela de nuevo cuando le dije que no iba a aguantar más y me dijo que me esperara.

Sacó de repente una voz muy calmada y complaciente y les dijo por la ventanilla -acercaros si queréis ver una buena mamada-. Los chicos no dudaron en dar dos pasos más adelante y casi metiendo la cabeza dentro vieron como estaba yo tumbado con mi verga erecta, durísima a punto de explotar cuando ella empezaba a juguetear con mi capullo con sus labios y su lengua. Se la metió un par de veces en la boca y se la sacaba mojada de mis líquidos y su saliva que había dejado chorrear y se veía muy brillante. Levantaba los ojos y los miraba sonriendo como diciéndoles ”vosotros no tenéis esta suerte, no sabéis lo que es tener mis labios en vuestras pollas” Y volvía a bajar a chupármela. De repente se incorporó un poco y les dijo:

- Echaros para atrás, desde aquí no os veo. Quiero veros las pollas y cómo os las cascáis-. Y así lo hicieron, se retiraron un poco pero como seguía sin ver, me hizo incorporarme un poco mientras me apoyaba en el techo del coche, ella se ponía de rodillas en medio y empezó a mamármela a lo bruto mientras de reojo les miraba masturbándose. A su vez, bajó una de sus manos para masturbarse el clítoris en un acto de control absoluto de todo lo que allí había.

Allí estaba yo viendo comos otros muchachos estaban deseosos de cogerla y hacerla suya. De repente y sin avisar no pude parar y me corrí brutalmente sobre la cara y boca de ella a la que cogí desprevenida, manchándola de mi leche por su mejilla nariz y labios y el resto entró a borbotones en su boca que había acercado rápidamente como para que no se desperdiciase nada.

Yo no podía más, estuve jadeando un buen rato y soltando leche que engullía como si no hubiera comido en tres meses, ansiosa de comer polla. Me la chupó entera recorriéndola con su lengua hasta no dejar nada de semen y a continuación hizo lo mismo con lo que tenía por su cara, recogiéndolo con un par de dedos y saboreándolo con cara de guarra a la vez que nos miraba a los tres.

Los chicos por un momento se había quedado parados pero de inmediato siguieron con sus pajas.

De nuevo me tumbó y se metió mi rabo aún duro por su raja para seguir excitándolos ya a ellos, puesto que nosotros estabamos más que satisfechos, o eso creía yo. Cleo no tiene límites y eso me preocupaba un poco.

Les dijo que se acercaran un poco a la puerta, y apoyó sus manos en ella, aún con la ventanilla bajada y sacando un poco su cabeza hacía que sus pezones casi tocaran el marco.

- Quiero ver como os corréis difrutando de mi cuerpo. Mirad cómo me follo a este cabrón, mirad cómo me follo a mi novio, ¿habéis visto que mamada?

En ese momento se estaba empezando a encender otra vez y a calentarse de nuevo y dejó de cabalgarme cambiando el movimiento por uno de vaivén alante y atrás, para rozarse fuértemente el clítoris sobre mi pubis manteniendo mi verga dentro.

- ¿Es que no os vais a correr?, ¿Voy a tener que ayudaros cabrones?

Y justo al decir esto me miró a ver qué decía yo, como buscando mi aprobación. Pero yo no dije nada. Su mirada tan ardiente de todas formas me hizo pensar que si le hubiese dicho que no, no habría sido suficiente para que ella no lo intentara. Solo dejé mi semblante serio pero sin juzgar nada. Dejaría que fuera ella la que decidiera, aunque lo que pensaba que iba a hacer no me gustaba nada. Sé que no iba a mamársela a ninguno por el miedo a enfermedades y demás, pero eso no quitaba que sí los fuera a masturbar. Si no, no entendía su ofrecimiento a ayudarles.

En ese momento uno de ellos, el más alto cogió una de sus manos apoyadas en la puerta y se la acercó a su miembro ayudándola a que se la cascara, pero se la meneó dos veces y no quiso seguir. Estaba demasiado cachonda para concentrarse en hacer nada a nadie que no fuera yo mismo. Así que les dijo que o se corrían ya o nos iríamos y se fué metiendo hacia dentro sin dejar de respirar entrecortadamente y cabalgándome de nuevo. Le dió al botón de la ventanilla y la subió hasta arriba.

Los chicos al ver esto se pusieron nerviosos pensando que nos íbamos a ir y casi al unísono, empezaron a correrse y desparramar su leche sobre la ventanilla, al tiempo que Cleo, con más lujuria que deseo actuaba desde dentro lamiendo el cristal como si se estuviera tragando su leche y besando sus pollas. Eso ya les hizo enloquecer. Jadeaban y se reían mientras el tercero les miraba desde el coche avergonzado y arrepentido de no haber podido contemplar más.

Los chicos sólo sabían decir cosas como, ”buff, qué pasada…. vaya pava….qué buena que estaaaas!!!, ha sido brutal colega!!”.

Ella se sonrió y se incorporó.

Nos levantamos y todos empezamos a vestirnos y recomponernos. Todos estábamos muy satisfechos, pero sobre todo Cleo que rebosaba felicidad. Dí marcha atrás y aceleré para no entrentenernos más allí, y al pasar por su lado les pité como cuando pasas al lado de alguien que no ves hace tiempo por la calle. Ella bajó su ventanilla y les dijo:

- Adiós chicos, ¡espero que os haya gustado!

Y les lanzó un guiño seguido de un beso, para dejarlos ya impactados de por vida, y ellos le gritaban -¡¡adiós guapa, maciza!!- en un estado de euforia al menos para dos de ellos.

Al subir el cristal se giró hacia mí y me dijo:

- ¿Te ha gustado o piensas que me he pasado?

- Nos ha gustado y no nos hemos pasado-, le respondi para que viera que la estaba apoyando y que éramos sólo uno.

- Dime tan sólo si has sentido algo hacia ellos en algún momento.

- NO, dijo apresuradamente, no mi amor, era sólo sexo contigo. Lo demás eran sólo elementos necesarios para mayor excitación mi vida.

-Te puedo decir una cosa Cleo.

-Claro, dime.

-Te quiero más que a nadie en el mundo.

Ella me miró y me dijo:

-Yo también mi amor. Nunca había querido a nadie así ni tampoco creía que pudiera vivir de esta forma con nadie. Gracias por estos ratos que compartimos.

Y seguimos nuestro viaje recordándo los distintos instantes y contándonos lo que habíamos sentido visto o escuchado cada uno en su versión, poniéndonos aún más calientes, por lo que al llegar al hotel nos fundimos de nuevo en uno sólo haciendo el amor como nunca.

28 de marzo de 2012

En la playa nudista

(Lo que nos pasó una vez en la playa nudista a la que solíamos ir, ya cambiamos de playa poco después)

La verdad es que no era el día óptimo para ir a la playa pues hacia poco sol y algo de viento, pero a pesar de ello y que al salir de casa se veía nublado decidimos ir. Nos gusta mucho ir a una playa nudista de nuestra provincia que se caracteriza por la cantidad de dunas y recovecos que tiene. Ello la hace interesante porque permite cierta intimidad, pues sin estar escondidos tapa un poco el panorama. Normalmente vamos a tomar el sol desnudos pero claro a veces pasa algo, no siempre.

La verdad es que al llegar la playa estaba desierta, así que nos pusimos a lo nuestro, a tomar el sol desnudos. Durante la estancia, como hacia un poco de viento, mi mujer se arrimó a mi y claro con el contacto de sus grandes pechos, 120E, el bicho se puso morcillón. Al verlo mi mujer sonrió y pícaramente comenzó a acariciarlo por encima y este pasó de morcilla a mástil. Evidentemente no se podía desperdiciar ese mástil, por lo que ella comenzó a sobarla y meneármela. Al poco de estar en ello paso un señor, como a 10 metros. Tendría unos 50 años pues las marcas faciales y las canas blancas lo delataban. Él también estaba desnudo. Es de los que ella llama legales, porque no nos gusta la gente que va vestida a las playas nudistas, vamos los típicos mirones. Paso de largo pero girando la cabeza para ver el tema, claro allí vio que se cocía algo. Mi mujer, que le encanta provocar, giro la cabeza para ver el tipo, le sonrío, y entonces comenzó a chupármela. El tipo al minuto volvió a pasar cerca, esta vez a como a unos 5 metros, se paro unos segundos a mirar y luego siguió de largo.

En eso me dice mi mujer, “Vaya tenemos admiradores” y yo le dije, “bueno, mirar es gratis y yo estoy en la gloria con esta mamadita, si quiere mirar que mire, pero tu sigue cielo”. Eso la encendió mas pues el ritmo de la mamada aumento. El tipo volvió a pasar y se quedo sentado a 3 metros, mirando. Por suerte la playa estaba desierta y podíamos dedicarnos a lo nuestro.

La temperatura aumentaba cada vez mas por lo que la retiré de mi polla y me puse a chuparle las tetas mientras con otra mano me dedicaba a acariciarle el coño. En eso que el tipo se mueve y se sienta delante de nosotros pero respetando la distancia, con lo que podía ver con lujo de detalles. Yo para calentar mas la situación comencé a acariciarle el coño y a abrírselo con los dedos, por lo que el tipo podía ver perfectamente el rosadito del coño de mi mujer y como le metía los dedos. El tipo muy correctamente se limitó a quedarse sentado mirando.

El calentón de mi mujer la llevó a empujarme para dejarme boca arriba. Se montó encima, abrió sus piernas y se metió la polla en el coño lentamente, para después empezar a cabalgarme. Para esos momentos el tipo, que podía ver todo perfectamente por la posición, ya se acariciaba la polla mientras nos miraba follar. Seguro que podía ver el culazo de mi mujer y mi polla entrando y saliendo perfectamente desde donde estaba sentado masturbándose.

Mi mujer giro la cabeza y le dijo “¿Te gusta lo que ves?”. Él asintió con la cabeza y ella le dijo “Pues sigue pajeandote, no hay problema, pero si ves venir alguien avisa, por favor”. El tipo dijo “no os preocupéis, vosotros seguir a lo vuestro que yo vigilo”.

De repente el ruido de una moto lejana nos hizo alertarnos, temimos que fuera la policía ya que a veces pasa la patrulla con la moto por la playa para vigilar. Claro se rompio la magia. El tipo nos llama y nos dice “un poco mas adelante hay una duna profunda que tiene cañas por los lados, quizás allí estaréis mas tranquilos sin preocuparse tanto por si pasa alguien”.

A mi mujer le gusto la idea, así que cogimos las toallas y la bolsa y nos dirigimos al lugar que estaba como a unos 30 metros. Allí encontramos un hoyo alargado que estaba totalmente cubierto por cañas excepto una pequeña entrada que le daba el acceso. Entramos, tiramos las toallas en el suelo, me tumbé boca arriba y ella comenzó de nuevo a chupármela. El tipo llegó y se sentó a la entrada del lugar, quedando a un metro escaso de nosotros viendo el culazo de mi mujer en todo su esplendor. Era nuestro vigilante particular. El vigilaba y como pago podía mirar y masturbarse. En eso que mi mujer se puso a cuatro de cara al tipo y yo comencé a darle desde atrás. Cada vez que gemía miraba al tipo con cara morbosa mientras se relamía los labios. Luego nos volvimos a cambiar y yo me puse tumbado boca arriba y ella se puso de cara al tipo, me cogió la polla, se abrió el coño y se fue metiendo la polla poco a poco de cara al tipo mientras le decía “¿Te gusta como se abre mi coño y entra la polla?” El tipo que podía ver todo de frente pues estaba sentado a un metro del espectáculo asintió con la cabeza y se chupo los labios.

Mi mujer comenzó a moverse enseñando su coño abierto y penetrado por mi polla mientras a la vez se acariciaba el clítoris. Al poco se giro y cambio la postura para que ahora pudiera ver su culazo montando mi polla. Así anduvimos un rato hasta que me mira a los ojos y me dice “córrete en mi boca quiero que él lo vea”. Me levante se la puse en la boca y ella la mamó hasta que comenzó a salir leche de mi polla directa a su boca. Salió tanta que se le derramó por la comisura de los labios. Entonces mirando al tipo comenzó chuparlos restos que desbordaban para tragárselo todo entre lametones. El tipo estaba rojo de la excitación, así lo indicaba el color de su cara.

Entonces me dice mi mujer “pobre, se quedo recalentado el señor” y yo le dije “pues si quieres puedes hacerle una paja”. Así pues mi mujer se gira, lo mira y le dice” si quieres yo te termino la faena para que te quedes aliviado”. Él sonrió y entonces mi mujer se acerco, le tomo la polla con la mano y comenzó se la comenzó a menear. El tipo solo tardo unos segundos en correrse. Se ve que le gustó tanto que se calló de espaldas y todo.

Entonces ya finalizada la aventura nos limpiamos y con tan solo un “gracias y adiós” nos fuimos dejando al tipo extenuado allí, que seguro que tardó unos minutos en recuperarse, para así regresar a casa.

En otras ocasiones hemos regresado a esa playa a tomar el sol y hemos coincidido con ese hombre. Él siempre coloca la toalla cerca y mira mucho hacia mi mujer, pero tienen que entender que no siempre se pueden hacer esas cosas y memos con mucha gente cerca, por lo que nos comenzó a molestar su actitud y decidimos cambiar de playa a otra nudista donde la gente va mas a tomar el sol que a lo que se va a esta playa que comentábamos

27 de marzo de 2012

Tania en el Caribe

Hacia dos años que no salíamos de vacaciones, por temas de trabajo no coincidíamos, pero por fin marchábamos quince días al Caribe.

Me presentaré, me llamo Tania y hace cinco años que vivo con Rafa. Los dos trabajamos ahora, en la misma empresa. Él es informático y yo ingeniero industrial y por fin hemos podido conseguir las vacaciones en las mismas fechas. Destino Jamaica.

Del vuelo no hablaré, largo pero llevadero pensando en los días que nos esperaban. Al llegar al hotel tuvimos la primera sorpresa, habíamos contratado la modalidad “todo incluido” pues la idea no era hacer demasiadas excursiones. Íbamos a descansar y gozar pero al llegar dijeron que por un problema en las reservas, no tenían la habitación contratada.

Nos podían ofrecer dos opciones, o bien compartir una “suite” que disponía de un salón y dos grandes habitaciones o ser trasladados sin coste adicional a otro hotel de la misma empresa.

Rafa preguntó si podíamos ver la “suite”, nos dijeron que no había inconveniente pero quizás quisiéramos esperar un rato en el bar mientras llegaba la otra pareja que estaba en nuestra misma situación. Eran belgas y a quienes les ofrecerían la misma solución. Nos acompañaron y dieron instrucciones para que nos atendieran como VIP.

Al poco rato apareció una persona de la recepción y nos acompaño hasta ella, donde la chica que nos había atendido nos presento a una pareja que eran los que estaban en nuestra misma situación.

No eran belgas eran de Madrid aunque vivían en Bruselas donde trabajaban, de menos de treinta años ambos. Bruno e Irene.

Nos acompañaron entonces a ver la “suite”, nos mostraron un gran salón desde el que se podía salir a una terraza con un solarium y un jacuzzi y además una puerta a cada lado que daba acceso a cada una de las habitaciones.

Nos pareció bien a todos “compartir” ese salón y en cuanto al solarium y jacuzzi no habría problemas, ya lo combinaríamos. De todas formas no contábamos con ello. Además el servicio de minibar quedaba incluido, cosa que antes no lo estaba.

La primera noche fue un tanto extraña entre el viaje, el tema del alojamiento y el cambio horario. Cenamos pronto, tomamos un par de copas en unos jardines muy bellos pero pronto nos retiramos a nuestra habitación.

Hicimos el amor como tantas otras veces antes de dormir pero sin demasiadas florituras y nos dormimos. Serian como las doce hora local, por lo que hacia más de dieciocho horas que estábamos en pie.

Me desperté súbitamente y al mirar el reloj vi que solo habían pasado dos horas desde que me había dormido pero estaba alterada por algo. Salí a la terraza a fumar un cigarro y vi a Irene en el otro extremo de la terraza que no había reparado en que no estaba dividida. Me acerqué y vi que también fumaba. Le pregunté ¿Qué tampoco puedes dormir?

- ¡No! me he acostado pero no consigo dormir, será el jetlag o quizás los nervios. No se que saldrá de este viaje, nos jugamos mucho.

- ¿Os sucede algo, tenéis algún problema? Ya se que no me conoces de nada pero si podemos ayudar en algo cuenta con ello.

- Nuestra relación no atraviesa el mejor momento, puede ser por el trabajo o estar alejados de la familia pero por lo que sea se resiente y no tiene nada que ver con el sexo como insinuó un consejero matrimonial que consultamos.

- Estando aquí unos días seguro que se arregla el asunto, y repito si necesitas algo solo dilo.
- Mañana bajare directamente a tomar un masaje pues me siento muy tensa.

- Si quieres puedo intentar hacértelo yo, Rafa dice que los doy muy bien y no me importa si a ti no te importa.
- Bueno si quieres adelante, no creo que quede peor de lo que estoy.

Se hecho sobre una tumbona después de despojarse de la camiseta que llevaba a modo de camisón, dejando ver su cuerpo totalmente desnudo. Yo iba sólo con las bragas.

Apliqué algo de crema hidratante en mis manos y comencé por la parte alta de la espalda, la base del cuello y de ahí para abajo hasta llegar a los riñones. Ciertamente estaba muy tensa pero poco a poco se iba soltando.
Cuando pasé a los muslos y las pantorrillas giró un poco la cara y me dijo.
- ¿Cuando se lo haces a Rafa también evitas tocarle el culo? Jejeje

No le respondí, posé las manos sobre su culo y comencé a acariciarlo más que masajearlo hasta que comenzó a moverse para darse la vuelta. Fue cuando vi que la tumbona estaba totalmente mojada, se había corrido mientras yo le hacia un masaje.



Al quedar boca arriba pude ver mejor que poseía un cuerpo esplendido y muy cuidado. Seguí con el masaje hasta que al llegar a los pechos no los esquive, los pezones parecía que quisieran salir disparados.

Seguí hacia abajo y cuando llegue al vientre no pudo aguantar más y se metió dos dedos en el coño y dándome las gracias comenzó a pajearse con rabia.

Me levante y fui a mi habitación pues ya no me necesitaba, aunque me llamó la atención la familiaridad que mostró y el poco pudor para manipularse delante de mí.

Me acosté y dormí hasta que Rafa me despertó, ya eran las nueve y quería aprovechar el día. Bajamos a desayunar cambiados para el baño y después fuimos directamente a la playa a la que se accedía directamente desde los jardines que rodeaban el hotel. Nos llamó la atención que estaba señalizado el acceso a la zona de topless y la que no estaba tolerada. Normalmente hago topless o nudismo donde esta permitido.

Un chico muy amable como todos en ese lugar nos colocó las tumbonas junto a una sombrilla de palma que cubría una mesa y nos preguntó si nos apetecía tomar algo. Nos trajo unos zumos pues comenzar tan pronto con los tragos no interesaba. Nos bañamos en aguas cristalinas y sin las aglomeraciones a las que estamos acostumbrados en España.

Rafa dijo que se salía a tomar un poco el sol y al instante vi a mi lado a Irene mostrando unos impresionantes pechos pero un semblante un tanto serio, sin preguntarle me dijo.
- Quiero pedirte disculpas pues normalmente no me comporto así pero ayer se juntaron varias cosas y además bebí más de lo que suelo por lo que me comporte muy mal y lo siento.

- No te preocupes por eso, no me molesto en absoluto. A fin de cuentas, todas en algún momento nos desahogamos como podemos.

Eso le arranco una sonrisa y aproveche para invitarlos a estar juntos en la misma sombrilla, al salir fue donde estaba Bruno y vinieron los dos enseguida.

Bruno resulto ser un tipo muy agradable y enseguida hizo buenas migas con Rafa, era un buen comienzo y Rafa comentó que por si interesaba había una playa nudista (Ocho Ríos) a poco más de quince minutos andando. A todos nos pareció bien y quedamos en ir a conocerla después de hacer la siesta tras comer juntos.

Salimos de la habitación y al poco salieron ellos, con la bolsa para el baño. Al bajar a recepción Rafa pidió indicaciones de la situación de la playa y le dijeron que nos podían llevar ahora y pasar a recoger a la hora que lo solicitáramos o lo pidiéramos por teléfono desde una de las cabinas, por tan solo 400 dólares jamaiquinos menos de 4 euros. Accedimos al acto pues andar quince minutos no apetecía demasiado.

El chofer que nos llevo comentó que nunca había problemas pues los cuatro individuos que se veían vestidos eran policías y estaban para evitar que nadie robara nada. De todo lo demás cada cual era libre de actuar como más le interesara.

Al poco ya estábamos desnudos e instalados. Bruno tenía un cuerpo agraciado y cuidado, seguro que iba al gimnasio más que Rafa. Cuando nos metimos en el agua, se separaron un poco de nosotros y vimos enseguida que no eran los únicos que estaban follando en el agua.

Rafa se animó y me levanto para poder ensartarme, no era la primera vez que lo hacíamos en la playa, pero normalmente no era tan transparente el agua, ni evidente lo que hacíamos.

El agua estaba a una temperatura muy agradable y yo abrazada al cuello de Rafa y rodeándole la cintura con las piernas tuve un orgasmo mas que bueno, nada que ver con el polvo de la primera noche.

Cuando ya nos disponíamos a salir vimos como se aproximaban nuestros nuevos amigos y Bruno preguntó.
- ¿Vosotros también practicáis sexo en público? Nos hemos apartado por no ofenderos pero si lo permitís la próxima vez no marcharemos tan lejos.

Irene solo asintió y después se hundió en el agua y al mirar pude ver como engullía la polla de Bruno hasta que salio a por aire. Todos reímos de la ocurrencia y yo la imite engullendo la de Rafa.

Cuando me disponía a salir Irene me sujeto la cara y me beso pasándome aire por lo que seguí y repitió la operación varias veces hasta que en una de ellas fui yo quien le paso a ella parte del esperma que me había soltado Rafa y que me era imposible tragar debajo del agua.

Salimos las dos a la superficie pero algo había cambiado y creo que para bien. Salimos y nos dirigimos directamente al chiringuito donde pedimos unos combinados a discreción del barman y acertamos pues estaban divinos.

Fui al baño y al regresar tomamos una segunda ronda y al pagar la sorpresa fue grande pues costaron otros 300 dólares jamaiquinos menos de 3 euros.

Volvíamos a la playa y cuando pregunté si tomábamos el sol o el baño, todos votaron por el baño. Solo entrar y cuando el agua llego algo por encima de la cintura, Rafa me alzo con intención de follar otra vez pero junto a nuestros amigos y me susurro al oído.

- No te asustes por lo que pase a partir de ahora, pero hemos pensado en darte una sorpresa mientras estabas en el baño. De todas formas si no te gusta lo paramos y listo.
Note detrás mío a Bruno que me acariciaba la espalda al tiempo que besaba mi cuello y detrás de Rafa a Irene que se apoyaba en sus hombros para aproximarse a mi y besarme, nos enfrascamos en un morreo con lo que no fui consciente de la penetración de Bruno hasta que estaba por la mitad.

Me aparte un poco de Irene. Rafa me miró fíjamente a los ojos para preguntarme si estaba bien, no le respondí solo alargue el cuello un poco para que Irene continuara. Rafa apartó un poco su cabeza para facilitarlo mientras que ellos dos se sincronizaron para hacerme ver el cielo.

Era la primera vez que experimentaba algo así, dos tíos para mi solo y además esa mujer que aunque no tenia experiencias previas me resultaba excitante.

El orgasmo fue además de escandaloso interminable pues esos dos no dejaban de manchar aunque yo ya había llegado y de que forma, por fin se acabo y fue Irene quien se encargo de sacarme hasta la orilla mientras ellos permanecían dentro del agua.

Me ayudo a tumbarme sobre la toalla y se acurruco conmigo hasta que me dormí. Desperté por el barullo que armaron los dos al salir del agua. Irene permanecía a mi lado. Marchamos al hotel cuando vinieron a buscarnos y en el trayecto evitó que Bruno se pasara conmigo diciéndole que igual al chofer no le gustaba ver como trajinábamos dentro de su coche.

Al llegar a la habitación nos duchamos y vestimos para bajar a cenar pero en todo el rato Rafa no saco el tema de lo sucedido en la playa. Mientras cenamos tampoco excepto porque Bruno comentó que a la próxima que le tocaba si le parecía bien era a Irene. Eso me molestó pero no sabia porqué.

Irene aceptó pero fuera del hotel, podría ser en la playa de Ocho Ríos si nos parecía bien. Al día siguiente salimos pronto para “nuestra” playa y después de tener sexo en solitario ambas parejas, le tocó el turno a Irene quien estuvo a la altura y aguanto bien el tratamiento recibido, aunque no se la vio entusiasmada en ningún momento, ni siquiera cuando me esforcé en morrearme con ella cosa que aceptoó pero se la notaba como ausente.

En este caso fui yo quien salió con ella y después de acariciarla un poco la acurruque para que descansara pero no se durmió del todo, sólo estaba adormecida pero me tenía un pezón pillado entre sus labios. Cuando ellos salieron del agua no se dieron cuenta de ese “pequeño” detalle.
Regresamos al hotel y después de comer fuimos a hacer la siesta, cuando intente tener más sexo con Rafa no estaba por la labor por lo que decidí ir al Jacuzzi un rato, allí encontré a Bruno quien me dijo que el tampoco había tenido éxito con Irene, parece que estaba cansada por lo que nos liamos y acabamos follando allí dentro sin mas. Al terminar cada cual volvió con su pareja y ahí quedó todo.

Después de cenar juntos, fue Rafa quien propuso ir a una disco que le habían recomendado pero Irene dijo que no estaba demasiado bien y que prefería quedarse en el hotel. Me quede con ella mientras partían juntos. Fue cuando me dijo.

- Realmente no lo aguanto, tendría que haberse preocupado por mi estado de salud, tanto si era fingido como verdadero.
- ¿Es fingido?

- ¡Si! solo quería estar contigo en caso que nos dejaran solas como ha sido.
- ¿Realmente que es lo que te sucede?
- No me había pasado nunca pero es que me gustas, me gustas mucho. No se si será un capricho de verano o algo mas serio pero quisiera averiguarlo si tu me lo permites.
- No se que será, pero a mi me sucede algo semejante. Nunca antes había tenido una relación con otra mujer pero estoy desarmada, me gustas mucho y creo que merecemos una oportunidad.
Subimos a la “suite” y en el salón nos desnudamos mientras nos morreábamos, nos acariciamos como si el mundo se acabara, las manos no paraban de explorar el cuerpo de la otra hasta que ambas alcanzamos el orgasmo casi al mismo tiempo.


Después de eso nos tumbamos en el suelo y fue cuando realmente obtuvimos un placer indescriptible sin trabas ni tabú, lamiendo y besando todo aquello que nos apeteció o lo que pensamos que a la otra le satisfacía.
Así estuvimos hasta que anocheció que fue cuando después de recoger la ropa y dejarla en la habitación de cada una nos fuimos desnudas al Jacuzzi donde continuamos con nuestros juegos bebiendo cava a oscuras hasta que oímos llegar a nuestras parejas.
Nos quedamos muy quietas abrazadas como estábamos, hasta que vimos como después de besarse por un tiempo que no veíamos que acabara se dirigieron a las respectivas habitaciones, al ver que no estábamos salieron al salón y tras murmurar algo se dedicaron a acariciarse mutuamente hasta que montaron un 69 con todas las de la ley.
Nosotras que nos sentíamos culpables por nuestro comportamiento, nos vimos un poco traicionadas pues ellos estaban en la misma situación que nosotras. Irene los llamó ellos se sobresaltaron y al responder los invito al Jacuzzi, cuando se acomodaron juntos, Irene les dijo.

Parece que todo esta claro. Si os parece bien, durante las vacaciones cambiaremos de pareja y veremos que tal funciona el asunto, si nos necesitáis ya sabéis donde encontrarnos igual que nosotras a vosotros.

Ellos se miraron y asintieron, desde ese momento aunque bajábamos a comer juntos los cuatro ya no tuvimos sexo con ellos. Me trasladé a su habitación y Bruno a la nuestra y así hasta que se acabaron las vacaciones. De regreso a España nosotros estábamos incómodos y seguimos sin sexo y sin hablar del asunto por lo que la convivencia era difícil.

A las tres semanas de acabadas las vacaciones, llamó Bruno cuando Rafa no estaba, era para ofrecerle un trabajo en Bruselas de Informático. Cuando llegó Rafa y se lo comenté lo llamó para conocer las condiciones del trabajo. Le quedaban cinco días de vacaciones para Navidad y los tomó para conocer a sus posibles jefes. Al mes siguiente se trasladó a Bruselas.
En ese tiempo, Irene y yo nos llamamos en varias ocasiones y nos mandamos e-mails. Supe que trabajaba como traductora en una editorial por lo que no fue difícil que un amigo le encontrara trabajo aquí.

Ahora después de dos años nos hemos reencontrado los cuatro en Ibiza y hemos pasado las vacaciones juntos.

Hemos follado como monos durante los veinte días que hemos pasado juntos, he rememorado la grata experiencia de una doble penetración. Igual que Irene pues en estos dos años no hemos salido con hombres ninguna de las dos y me consta que ellos con mujeres tampoco. Somos felices así y ya hemos planeado un encuentro en Bruselas por Navidad.

26 de marzo de 2012

Mi Iniciación.- 1ª Parte

En mi niñez he descubierto mi real inclinación o definición de mi vida sexual. Todo ocurrió cuando era muy joven, yo vivía en Buenos Aires y no daré mayores datos para no comprometer a las personas involucradas.
Yo solía alternadamente a veces quedarme a dormir en la casa de uno de mis primos seis años mayor que yo en esa solíamos dormir en la misma cama dado que solo tenia una en su pieza y que dicha pieza lindaba con la de sus padres, es decir, con mis tíos.
Les comento que mi tía (que llamaremos Carolina) en esos momentos contaría con unos 40 años. Era una mujer muy bonita y sensual, le encantaba mucho arreglarse y siempre estaba en poses provocativas.
Por la proximidad de ambas piezas en mas de una oportunidad mi primo y yo escuchábamos los jadeos de las relaciones sexuales que mantenían mis tíos por la noche. Una noche por invitación de mi primo (que llamaremos Agustín) nos acercamos a hurtadillas hasta el borde de la puerta que separaba ambas piezas y a través de una rendija observamos lo que ocurría adentro.
Mayúscula fue mi sorpresa al ver a mi tía Carolina desnuda y espléndida arrodillada en el suelo y con su cabeza metida entre las piernas de mi tío metiéndose dentro de su boca la pija de él, que se veía grande y gruesa y estaba toda mojada por la saliva de mi tía. Ella la chupaba y se la metía dentro de la boca demostrando un gran placer e incansablemente, hasta que unos minutos mas vemos como por la comisura de su boca le chorrea un líquido blanco que luego supe era la guasca de mi tío al acabarle dentro de su boca.



Sin hacer ruido ambos nos metimos de nuevo en la cama sin decir palabra, y nos dormimos. Al día siguiente yo no podía mirar de frente a mi tía me daba vergüenza y recordaba como la había visto hacer con el tío. Por la tarde mientras jugábamos con Agustín en un cuartito del fondo donde se guardaban herramientas y muebles viejos, él me dijo que a él también se le ponía dura la pija como a su padre, y diciendo eso se bajo los pantalones y me mostró su pija que por supuesto muy lejos de ser igual a la que le había visto al tío en la noche. Él se acerco a mi y me dijo que se la tocara. Yo con mucho temor no atine a hacer nada pero ante la insistencia de el puse mi mano arriba de su pijita.
Solo estuve un instante tocándole la pija pero note que era algo agradable, suave y tibia y la dureza que tenía era algo nuevo para mí. Inmediatamente retire mi mano y me fui corriendo a la cocina donde estaba mi tía Carolina.
Ella me pregunto que me pasaba. debe haber notado algo en mi expresión , porque enseguida lo llamó a Agustín y lo increpo preguntándole si me había hecho algo bien que había pasado , a lo que ambos, él y yo, dijimos que nada tía .
Esa misma noche yo no podía conciliar el sueño estaba realmente perturbado con lo vivido la noche anterior y con mi primo, después de un par de horas sentí nuevamente los jadeos de mi tía esta vez más fuertes provenientes de la pieza de ellos, y creyendo dormido a Agustín me levante a hurtadillas y me acerqué a la puerta de ellos a espiarlos.
Grande fue mi sorpresa al ver que mi tía Carolina que estaba subida en la cama desnuda arriba de mi tío que se encontraba acostado y ella con la pija de el metida entre las piernas subiendo y bajando a un ritmo vertiginoso y de frente a la puerta mirando hacia delante por donde yo estaba espiando, y me vio. Rápidamente me di vuelta y tropecé con algo que había en el suelo haciendo ruido y corriendo me metí en la cama.
Inmediatamente vino mi tía a nuestra pieza y se acerco a mi me toco la cara y me pregunto despacito si me pasaba algo. Le dije que no que nada, ella me dijo que no debía espiar la pieza de ellos que estaba muy mal, le dije que si y muerto de vergüenza me di vuelta a dormir. Ella me dio un beso en la cabeza y se fue.
Al día siguiente antes de que mamá me viniera a buscar estábamos jugando con Agustín a los autitos y le pedí si no me dejaba tocarle de nuevo la pija. Él por supuesto me dijo que si y fuimos a su pieza se sentó en la cama y se bajo la ropa dejando su pija al aire ya dura. Se la agarré por unos cuantos instantes con ambas manos y se la comencé a acariciar. Era tan rico se sentía tan lindo la suavidad y tersura de su piel, a lo que el me dijo que le gustaba que se la tocara, que se sentía muy rico y preguntándome a mi si me gustaba a mi , le dije que si.
En ese instante entro sin avisar mi tía Carolina a decir que había venido mi mamá a buscarme y nos sorprendió en esa situación. Me puse colorado y no sabia que hacer ni que decir. Ella lo retó a Agustín que se suba los pantalones y nada mas, a mi no me dijo absolutamente nada. Yo tenia horror que le dijera a mama lo que habíamos estado haciendo, pero no ella no dijo nada y nos fuimos a mi casa.
Pasaron unas semanas en las que no nos vimos con mis tíos ni con mi primo, pero al cabo de un tiempo vino mi primo a dormir a casa porque sus padres tenían que salir de viaje por unos días.
En la noche en mi pieza había dos camas así que cada uno de nosotros dormíamos en una, pero antes de acostarnos cerramos la puerta y Agustín me pidió que si quería de nuevo acariciarle la pija si me gustaba , le dije que si, el se la saco a fuera y yo me arrodille recordando como había visto a mi tía Carolina esa noche y se la acariciaba con ambas manos. Él me dijo que había visto muchas veces mas a su mamá chuparle la pija a su padre y que debería ser rico hacerlo que si yo quería hacerlo. Yo primero con temor y un poco de asco me acerque y sentí el aroma de su pija y como sin querer o tal vez por un impulso natural le pase la lengua a su cabecita hinchada. Tenia un gusto salado pero agradable, así que seguí pasándole la lengua por todas las partes hasta que en un momento y recordando como la había visto a mi tía Carolina abrí la boca metiéndomela adentro e inmediatamente supe que debía jugar con mi lengua y succionar esa hermosa pija.
Las tres noches que el durmió en casa le chupe la pija, y al acostarme me encantaba el sabor que me quedaba en la boca después a hacerlo, luego durante el día jugábamos pero sin hacer ninguna alusión de lo que pasaba por la noche.
A las pocas semanas de nuevo volví a ir a la casa de Agustín a quedarme a dormir por un fin de semana. En esa oportunidad yo ya estaba ansioso de que llegara ese momento  en los que nuestros juegos se transformaban en algo sexual.
Era verano y por ende nos acostábamos solo en calzoncillos, yo podía ver el bulto que día a día se le hacia mas grande a Agustín, incluso lo tenia casi siempre duro. Ya en la cama esperamos hasta que comenzamos a escuchar los tan conocidos gemidos y Agustín me dijo vamos a ver. Yo le dije que no, que tenia miedo de que nos vieran. Él me insistió y fuimos. Esta vez ella estaba tirada en la cama entre la piernas del tío chupándole la pija y con la otra mano le acariciaba las bolas peludas y grandes que tenia colgando, por miedo yo me fui a la cama y enseguida vino Agustín. Se bajo los calzoncillos y se puso en la misma posición en que estaba su padre y me dijo veni tirate y chupamela como lo hace mi mamá. Yo me acomodé así entre sus piernas y comencé a chuparle la pija. A los pocos minutos por primera vez siento en mi boca un liquido que era salado y tibio y me agradó al paladar. Él me miró y me dijo vistes me sale a mi también la lechita como a mi viejo, te gusta? -Si es rica- le contesté, y la saboreé en mi paladar.-
Seguimos jugando en la cama así desnudos por un rato y sin querer nos quedamos dormidos abrazados hasta la mañana en que vino la Tía Carolina a despertarnos y nos vio así a ambos desnudos y se dio cuenta de que habíamos estado haciendo, y descubrió olor a semen en mi cara.
Con voz de pocos amigos nos ordeno que nos levantáramos y nos vistiéramos y fuéramos a desayunar, los dos teníamos miedo de lo que pudiera decirnos.
Al entrar en la cocina ella estaba sentada en la mesa y nos hizo sentar a nosotros uno al lado del otro, y nos preguntó, que estuvieron haciendo anoche entre ustedes dos. Ninguno de los dos respondía , no sabíamos que decir. Volvió a preguntar amenazándonos de que se lo iba a contar a su marido (mi tío) y nosotros sabíamos que el era un hombre bastante rudo, a lo que Agustín le dijo a la madre de que habíamos estado jugando entre nosotros. Ella pidió que le explicara bien que habíamos hecho, que si habíamos estado jugando con nuestros pititos ( como dijo ella) a lo que Agustín le dijo que si pero que el no, que al que le gustaba jugar con su pija era a mi. A lo que le preguntó que hacíamos y Agustín le contó que yo se la tocaba y se la chupaba que a mi me gustaba hacerlo, que yo era puto y marica. Ella me miro a mi y me preguntó, decime Andy a vos te gusta hacerlo o Agustín te obligó. Yo a lo que no respondía por temor, Agustín volvió a decir que a mi me gustaba hacerlo, que le dijera la verdad. Ella me volvió a increpar, decime lo haces por que te gusta o te obliga Agustín. Y yo con mucha vergüenza le dije que si que me gustaba hacerlo, a lo que ella se acerco a mi cariñosamente, me agarró de la cabeza y me dio un beso en la mejilla, y me dijo bueno Andy no tenes que tener miedo ni vergüenza. Y a lo que le preguntó a Agustín, decime siempre fue así, es a él al que le gusta hacerlo con tu pito. Si mamá es a él nada mas. Bueno dijo mi tía ahora vamos a desayunar y de esto no se habla mas con nadie entienden. Si mama, si tía.
A partir de ese momento yo comencé a notar que mi tía Carolina era más amable y estaba más atenta a mis cosas y a mis juegos. Incluso durante la tarde ella al arreglarse en su pieza me llamó para preguntarme si se veía bonita con ese conjunto de pantalones y blusa, y al salir nos dijo bueno chicos, yo voy a salir por un rato así que ustedes pueden jugar a lo que quieran, quedan solos pero pórtense bien y me dio un beso a mi y me dijo, sos muy lindo Andy, y vos Agustín cuida a tu primo y se marcho.
Apenas se marchó mi tía, Agustín me dijo -veni Andy vamos a la pieza a jugar- y yo le dije -pero tu mamá se va a enojar-, - no tonto no vistes que mamá nos dijo que jugáramos a lo que queríamos-, -bueno como vos quieras le dije.-
En la pieza se desnudó y ya tenia la pija dura y parada contra su vientre, veni Andy chupámela. Yo me arrodillé y comencé a chuparla. Al poco comenzó a salirle un juguito suave que era rico como la noche anterior y al seguir chupando de golpe largo varios chorros de liquido blanco al igual que hacia mi tío en la boca de Carolina mi tía.
Yo atiné a cerrar la boca ya llena de leche y corrí al baño a escupirla. Una vez que lo hice volví a la pieza y estaba él desnudo recostado en la cama con una sonrisa y me dijo viste Andy, me sale leche de mi pija como a mi viejo. Voy a poder cogerte cuantas veces quiera ahora.
Yo no sabia si estar contento o triste con lo que me decía, era como que me sentía raro y a su vez ansioso de todo lo que ocurría. Entonces yo pensé que ya nada seria igual. Realmente me gustaba la pija como a las chicas y mujeres.
Al volver la tía nos preguntó como la habíamos pasado a lo que Agustín le dijo que muy bien, que ya era un hombre y Carolina le dijo te felicito Agustín. Se acercó a mi y tomándome de la mano me llevó a su pieza y me dijo la pasaste bien amor, contame como te trató Agustín. Yo le dije que bien y ahí entendí que Carolina había estado hablando antes de salir con Agustín de lo que nosotros hacíamos en privado. Me preguntó si yo lo había hecho con otros chicos, a lo que le respondí que no, que nunca lo había hecho con nadie solo con Agustín. Ahí me dijo que ella me había visto varias veces cuando yo la espiaba en su pieza a la noche cuando tenia relaciones con el tío y me pregunto si lo que veía me gustaba, y yo le dije que me gustaba como ella jugaba con el tío. Y me dijo, a vos como quien te gustaría ser como el tío o como yo. Le dije que como ella, que me gustaría ser así de linda y bonita como ella. Sos una dulzura Andy, jamás pensé que serias así de dulce mi vida has nacido para ser putito me dijo. Bueno la tía te va a enseñar muchas cositas que te van a gustar, pero eso debe quedar entre nosotras dos no se lo debes contar a nadie ni siquiera a Agustín me entendes amorcito. Si tía .
A partir de ese momento me sentí distinto, era como que había entrado en dimensión de la vida de las chicas o mujeres, así me sentía yo, era algo extraño pero que me gustaba y me hacia sentir muy feliz. Yo salí de la pieza de la tía y vi que Agustín ya no estaba en la casa, a lo que la tía me dijo déjalo ya se habrá ido a la calle con sus amigos pero quédate tranquilo ya va a volver, los varones son así Andy, cuando tienen ganas de una, solitos vienen a buscarnos. Vos a partir de ahora ya serás distinta a todos ellos amor, veni ayúdame a acomodar la ropa del lavadero.
Me fui con ella al lavadero y me agradaba mucho que mi tía me dejara compartir esos momentos como si yo fuera una chica, y además ella me hablaba de todas las cosas sin hacer diferencia de que yo era su sobrino varón y de solo 9 para 10 años. Me atreví a decirle que me gustaba mucho la ropa que ella usaba , mientras tenia en mis manos unas tangas negras y rosas con encaje de ella, si vistes son hermosas a demás me quedan
preciosas. Al tío le enloquecen, cada tanto me rompe alguna. Por que tía te la rompe, pregunte yo en mi inocencia. Amor es que a veces esta muy excitado y me agarra con furia, me entended, si creo que si , le dije, ya vas a ir aprendiendo todo “ linda”. Cuando escuché que ella me habló como si fuera una chica y en femenino me quede petrificado. Que te pasa Andy, no, es que me dijiste “linda “tía, y si amor sos muy linda y cada día lo serás mas.
Andy contame a que jugaron mientras yo me fui a la tarde. Yo no le contestaba me daba vergüenza y ella me dijo, no tengas vergüenza Andy yo me imagino por que vistes lo que me dijo Agustín, que ya era un hombre, eso me imagino que me lo dijo por algo. Si tía es que estuvimos como el otro día y a Agustín le salio como al tío del pito, vos se la estuviste chupando. Te gusta hacerlo, si tía me gusta y cuando se la estaba chupando me lleno la boca de ese liquido caliente, yo corrí al baño a escupirlo, y que sabor tenia Andy, era algo salado, vos tía como haces, mira Andy a mi también me gusta mucho chuparla y que me llene la boca de leche tu tío, a mi me encanta tragármela, al mismo tiempo que la saboreo es muy rico tragarse la leche del hombre que a una le gusta, ya verás creo que te va a pasar lo mismo Andy. Tía no hace mal tragarse ese liquido, no amor para nada, es muy sano, ya verás cuando lo hagas, decime Andy queres usar una tanga mía a ver como te queda , así esta noche a Agustín le va a gustar verte con esa tanga. Al ponérmela ella me miró y me dijo que rico culito que tenes hermosa , vas a disfrutar mucho con el .
Por la noche cenamos con tía Carolina, Agustín y yo por que el tío aun no había venido, miramos televisión y siendo tarde la tía nos mando a la cama. Al ir a saludarla me dio un beso en la mejilla y me dijo como en un susurro ya veras lo rico que es. Yo me quede muda al escuchar eso e imaginarme que la tía ya sabia lo que íbamos a hacer.
Esa noche ni bien cerramos la puerta de la pieza. Mi primo Agustín se desnudo se tiro en la cama manoseándose la pija y me dijo, veni putito chúpala. Ahí noté que él ya había tomado el dominio sobre mi. Él sabia que yo deseaba su pija y aprovechaba la situación tal vez en complicidad con la tía Carolina. Yo me acurruqué entre sus piernas y me llevé a la boca su pija dura y caliente, comencé a chupar y a cada paso me hacia más adicta a chuparle la pija. Era realmente hermosa y se sentía tan bien tenerla en la boca y por mi cabeza pasaban las cosas habladas con Carolina. Me sentía fascinada de estar haciendo lo que hacia y me sentía feliz de hacerlo. En una de esas sentí que se ponía mas rígida la pija y sentí contracciones en el tronco y me empezó a llenar la boca de leche tibia. Yo pude tragar un poco pero la falta de experiencia hizo que mucha de esa leche cayera por los bordes de mi boca y otro tanto mande al interior de mi estómago.
Una vez que había acabado me hizo desnudar toda y me vio con la tanga de su madre, que rico putito que sos. Me pidió que me pusiera boca a bajo y comenzó a acariciarme la cola diciéndome que lindo y blanco culito que tenia.




Sus caricias eran hermosas, y me hacia sentir un cosquilleo en mi estómago, él se subió arriba mío y me corrió la tanga hacia un costado y sentí su dura pija frotándose entre mis cachetes de las nalgas. Se sentía duro y caliente, así estuvo un rato presionándome en el centro de mi ano, a lo que me dolía sentía un fuerte ardor, yo le pedía que parara pero el no me hacia caso y seguía presionando fuertemente contra mi ano con su pija dura como un hierro y yo sentía como me desgarraba y me iba penetrando dentro mío. Me puse a llorar del dolor que sentía hasta que después de unos minutos aflojo el dolor y sentí como se deslizaba adentro y afuera su pija dentro de mi ano causándome una hermosa sensación y nuevamente acabó mojándome todas las nalgas con su leche pegajosa chorreando por mis muslos. Me la sacó de dentro de mi ano, fue un enchastre se mojaron las sabanas después se dio vuelta hacia los pies y se acostó a dormir. Yo me quede atónito con todo lo pasado y lo vivido en las ultimas horas.
Era evidente que la tía Carolina me había entregado y estimulado para que su hijo Agustín debutara como hombre conmigo.

Continuará…………………………………….

22 de marzo de 2012

El aniversario

Se aventuraba un día nublado como tantos otros a los que nos habíamos acostumbrado últimamente.
Ninguno quiso anticipar el día que amanecería este 16 de junio, tras 23 años juntos, el miedo a dejarse llevar por la corriente estos últimos años, anticipaba mas una despedida que un reencuentro.
Pero…..
Cada uno por su lado pensó que tal vez esta vez seria diferente, son muchas las cosas que han cambiado en estos últimos meses.
Han sido muy duras las constantes lagrimas de ella y la impotencia de él por consolarla, ambos conocedores de la razón de esa situación.
Durante todo el día cada cual fue preparando su reencuentro sin el conocimiento de que el otro estaba haciendo justo lo mismo.
Él se había relajado lo suficiente para no estar cansado y poder conseguir sin problemas estar a la altura que ella necesitaba, se había duchado con el gel que tanto le gusta a ella, “chocolate”, se había afeitado a conciencia para recorrer hasta el ultimo centímetro de su piel con la suavidad de una pluma, y se había echado el perfume preferido de ella, a pesar de que el nunca se perfumaba, había acomodado sabanas de seda en la cama y encendido velas como única luz de una habitación que pretendía ser el comienzo de una vida nueva.
Un reencuentro que ponía punto final a todo lo pasado hasta ese día, en el que empezarían de nuevo olvidando todo el pasado.
Por su parte ella, se había dado un largo baño de eso que le gustaban tanto, donde se le pasaba el tiempo sin darse cuenta, disfrutando únicamente del agua en su cuerpo, esa agua que lo limpia todo, que la tranquiliza, que la hace ser consciente de su cuerpo, de su sexualidad, de sus fantasías y de sus ganas de sentir tanto tiempo olvidado.
Igualmente se había bañado con el gel de chocolate que tanto le gusta y después se había masajeado todo el cuerpo con aceite, despacio, sintiendo cada caricia de su mano al recorrer su cuerpo, tomándose todo el tiempo del mundo, únicamente disfrutando de ese instante en el que su piel se preparaba para sentir como nunca lo había hecho antes.
Sin secarse empego el mismo rito con la crema corporal, igualmente de chocolate, tenia claro que esa noche tendría que ser todo sentido, olfato, tacto, vista, oído y gusto.
Tras terminar lo que podría llamarse un rito, por la delicadeza y suavidad con que lo realizó, se puso el conjunto de ropa interior que había comprado para la ocasión, un vestidito ceñido que resaltaba sus curvas ahora mas pronunciadas que nunca por su delgadez, conjuntado con unas braguitas transparentes por detrás, que dejaban medio ver, invitando a adivinar ese culillo respingón que a él tanto le gustaba mirar mientras se excitaba solo de imaginar tenerlo entre sus manos, mas cuando sabia que a ella, el hecho de que él se lo agarrara fuerte, casi haciéndole daño pronunciaba más la excitación de ella. No podían faltar unas medias con encaje de liga, haciendo el conjunto mas sexual si aún cabía.
Ella se sorprendió de encontrar la habitación cerrada y mas aun cuando al abrir la puerta se lo encontró sentado en al cama con dos copas de sidra, a ninguno de los dos les gustaba el champán, un platito de fresas intercaladas de unos pequeños bombones de chocolate negro, como a ella le gustaba comer siempre que hacían el amor, después de tanto tiempo el seguía recordándolo.
El climax era perfecto, luz de velas, copas llenas, fresas, chocolate, sabanas de seda y para amenizar la canción que le regaló en un San Valentín, “Hasta mi final”.
Igualmente, él no supo que decir al verla aparecer tan seductora, tan sexy, con esa mirada de picardía que hacia mucho que había dejado de contemplar, insinuante, invitándole a perderse en una de sus fantasías.
Los dos sentados en el borde de la cama brindaron por el comienzo, en sus ojos podían leerse todo lo que callaron para darse esta última oportunidad.
Tras beber su primer trago él la tumbó sobre la cama, donde salvo las sabanas sólo había un largo pañuelo de seda blanca, el cual colocó con delicadeza sobre los ojos de ella, invitándola por primera vez a sentir todo de una manera diferente, despertando sus sentido y su nerviosismo al no poder adivinar cada paso que daría él.
Delicadamente le ató lo tobillos a la cama, he igualmente hizo con las muñecas, se tomo su tiempo, comprobando que despertaba en ella una respiración mas acelerada a la par que encendía su deseo, hacia demasiado tiempo que había dejado de conseguirlo.


Recorrió todo su cuerpo por encima de la ropa, con suavidad, haciendo receptivo cada poro de su piel, busco que ella adivinara que todo seria así, suave y delicado, pero no, esa noche él estaba dispuesto a hacer realidad una de sus fantasías.
Una vez consideró que la tenia encendida como las velas que iluminaban toda la habitación, le bajó la cremallera del vestido y al comprobar que los tirantes eran los únicos que impedían poder quitárselo, los rasgó con un simple tirón, con las braguitas hizo exactamente lo mismo, dejándola sobre la cama con las medias y el pañuelo de seda como únicas prendas.
Fue recorriendo su cuerpo con cada una de las fresas, para llevarlas a su boca con la suya, prolongando cada intenso beso con el jugo que rebosaba, intercalaba sin ninguna regla un trozo de chocolate que terminaba poniendo su boca como la de un niño disfrutando un helado, los cuales lamia juguetonamente al mismo tiempo que procedía a mordérselos, continuando los pechos hasta llegar a los pezones, donde se tomaba su tiempo para jugar con el piercing hasta hacerla sentir una mezcla de placer y dolor.
Oyó ruido que no adivino, había sacado la caja de los juguetes que tanto le gustaban a ella, tenia ya una interesante variedad, de entre todas eligió dos, una mariposa y un consolador.
La perreo hasta que los temblores fueron imposibles de controlar, haciendo cada vez más alto y forzado su ritmo cardíaco y su respiración.
Hizo oídos sordos a las suplicas de ella por dejarla tener su primer orgasmo, provocando tal estado de ansiedad, que parecía una adicta pasando el mono.
La desató para volver a atarla pero esta vez boca abajo. La espera era un auténtico infierno, desde luego había despertado todos sus sentidos. Nunca antes había deseado tanto ser penetrada, pero aún le tocaba esperar mas….
Esta vez se concentró en su culo dándole mordiscos y azotes, mezclando el placer con el dolor.
Empezó a jugar con los juguetes, que entre el lubricante y la humedad de la excitación, no encontró ningún obstáculo para introducirse por su ano, haciendo más desesperante que nunca el deseo de ser penetrada y tener su primer orgasmo…


Le pidió levantar ese culito todo rojo por los bocados y azotes si quería ser penetrado de una vez, era desesperante intentar levantarlo con las muñecas y los tobillos atados, era tal el esfuerzo que se volvía doloroso….pero su deseo era aun mayor….
Justo cuando creía que no podría sentir mas placer, la penetro a la par que jugaba con la mariposa sobre su clítoris.
El orgasmo fue explosivo como nunca antes lo había sentido, fueron tantas las ganas, esa mezcla de placer y dolor al tener el culito lo bastante levando para poder ser penetrada, que sintió que por primera vez perdería el conocimiento de tanto placer como le estaba dando por primera vez, pero se equivocaba, detrás del primero vino un segundo, un tercero, y cuando pensó que ya no podría mas, llego el cuarto y final fundiendo el orgasmo de los dos en uno solo.
Hoy por fin ha ganado la guerra, después de perder tantas batallas.
Hoy por fin me ha ganado, por su constancia, por su apoyo incondicional y por su amor, su gran amor.
Que tan ciega estaba para no verlo.

Día de vacaciones

Como poder explicar algo que no es común que las personas tengan en su haber como una historia de sexo con la que nos regocijamos ante los amigos y contamos como aquellas primeras veces por ejemplo en un grupal, en un gangbang o simplemente con esa pareja que nos volvió locos de placer.

Habian terminado mis clases de administración de empresas y como premio al mejor promedio un tío que vive en el Sur -omitiré decir la ciudad y el nombre de mi tío- , me invito a pasar unos dias junto a mi prima en la hermosa casa de campo, rodeada de frondosas arboledas y en un paisaje sano, puro y acogedor.
Por imprevistos de trabajo, mi tío y su señora tuvieron que ir por unos dias a otra población cercana para hacer unas compras relacionadas a su establecimiento. Por lo tanto nos preguntaron a mi prima y a mí, si preferiamos ir con ellos o quedarnos tres días solas en la casa de campo.
Optamos - casi con fascinación - quedarnos solas y comprobar si eramos capaces de vivir, lo que sería casi una aventura para nosotras dos.
Con un mundo de fantasias en nuestra cabeza - peones, obreros, veterinarios y todo hombre a la vista, a los que ya habiamos detalladamente imaginado en las situaciones más diversas, la situación nos pareció única.

Una casa con piscina, y el cuidado de un hombre que tenía fuera de la casa grande, una casita usada muchas veces para huéspedes - le llamaban -el casero Jorge- donde vivía solo, junto a sus dos perros Vikingo y Zeus. Uno era de policía y el otro un doberman negro.
Se les tenia bastante respeto cuando se acercaban. Entre nosotros, al doberman personalmente le tenía pánico. Lo veía acercarse a mi, y comenzaba a temblar, me paralizaba con su hocico inquisidor.
Mi prima decia que eran muy cariñosos . Yo lo dudaba, completamente.
Esa noche nos quedamos escuchando música hasta muy tarde, al día siguiente mis tios - y sus padres- se irian temprano por el viaje anunciado.

El dia siguiente comenzó con las dos solas tomando sol en la pileta, mientras los perritos correteaban por el césped.
Hizo mucho calor, el día fue muy agobiante asi que al llegar la noche sabía que solo disfrutaría de un buen baño y a la cama.
Laura entro a mi cuarto antes de irse a dormir, y me dió un beso en los labios - eso me sorprendió realmente - y no se porque motivo sentí un escalofrio en mi cuerpo y la inmediata humedad en mi vagina.
No lograba entender porque me había excitado de esa manera, el roce de su boca en la mía.
Un ruido en la medianoche me despertó. Por mi carácter inquieto enseguida salté de la cama y quise averiguar de donde prevenia el ruido.
Caminé por el pasillo y me dirigi a la habitacion de mi prima.
Suavemente entreabri la puerta y se me seca la boca recordando lo que vi en aquel momento.
Ella tirada en la alfombra blanca y mullida -como me gusta esa alfombra, es la más linda de toda la casa y sobre ella estaban Vikingo y Zeus, que a lengüetazos limpios la hacian gemir y casi gritar como poseida.

Creo que cerre la puerta - no estoy segura- de lo que si estoy segura que salí corriendo a mi habitación, me metí en mi cama, me tapé hasta la cabeza, y casi al borde de no poder respirar me di cuenta que mis dedos se estaban deslizando por mi entrepierna, casi con la misma frenética manera con la que mi prima abría sus piernas ante sus perros.
Se une el recuerdo de esos animales lamiendo las tetas y el sexo de mi prima y una de las primeras veces que me masturbe de la forma loca que lo hice. Fue tremendo.
Comenzaba el segundo día y mientras tomaba mi desayuno, café muy amargo con unas medialunas que había traido Jorge muy amablemente y calentitas, pensaba si me convenia decirle algo a mi prima o mantenerme en la indiferencia con lo que había visto esa noche.

El día continuó normalmente, pileta, sol, música y ninguna confidencia.
Mi cabeza estaba a mil. A ella se la veía plácida y relajada.
Esperaba que llegara la noche, y nuevamente algo me despertará - dicen que si uno desea algo con fuerza se cumple- y creo que fue por ese motivo que volvió a pasar.
Me desperté por un ruido raro, pero fui sin vacilar esta vez al cuarto de mi prima. La escena se volvio a repetir ante mis ojos. Pero una postura casi humana del perro de policia montado sobre la espalda de mi prima me cortó el aliento.
Ella arrodillada y el perro por detrás, agitado, más y más se adentraba en su vagina. Mientras que el otro perro jadeando parecia estar al lado, como esperando su turno.
No podia creer lo que estaba viendo, ni en mi frondosa imaginacion sospeche poder llegar a ver algo asi.
Me daba asco, repulsión, casi miedo, pero también sentía que no se porque motivo me excitaba de una manera increible y loca.
Debo haber gritado porque el perro - en espera- parece que me vió y se acercó a la puerta para ladrarme- yo aterrorizada hui despavorida hacia mi cuarto, y nuevamente me introduje en mi cama, como en el lugar más protegido del enorme caserón.
Dentro de la cama comence mi solitario placer, cuando de repente se encendió la luz de la habitación recibiendo la visita de mi prima y uno de sus perros.

Que pasa primita, estas nerviosa- me dijo-
y me saco de un tirón el camisón, dejándome completamente desnuda. Corrió las blancas sábanas y sus dedos comenzaron a tocarme, a acariciarme muy suave, intente impedírselo, pero comprobé que hacia todo lo contrario de lo que pensaba, fue asi que abrí mis piernas con descaro y la dejé hacer.
Con su boca comenzó a mosdisquear mi pezón derecho, y mis dedos se deslizaron por el otro que rígido me anunciaba que mi orgasmo estaba al borde de producirse.
Me pareció sentir la lengua del perro que también lamía mi cuerpo. Sentía que mi cabeza estallaría de un momento a otro.
Retumbaban en mi cabeza miles de pensamientos, y la cara de los familiares, como malévolos inquisidores a punto de mandarme a una hoguera.
No llegué a contar cuantos orgasmos tuve, solo recuerdo que mi prima me acarició muy suave, me dió un cálido beso en mi boca, y casi instantáneamente me dormí.


Me desperté casi a mediodía, mi cuerpo habia quedado extenuado con la noche que había pasado, cuando sali al aire libre, mi prima ya estaba junto a la piscina con los perros correteando por el lugar.
Se acercó para ofrecerme algo de comer y sin ningun pensamiento en contrario, nuestras bocas se unieron en un dulce beso.
Me dijo .Vayamos a tomar sol en las reposeras- asi lo hicimos.
Ella se quito la parte de arriba del bikini y dejo sus pechos al aire. Me invito a hacer lo mismo-
No seas tonta- estamos solas- dijo.
La obedeci mientras dejaba ver mis grandes tetas, que comenzó a alabar con deleite.
Me gustan, son grandes y estos pezones estan poniéndose muy duros- sonrió.

Hizo acercar a los perros, volví a asustarme, aunque ya la sutuación era otra, asi que opté por disfrutar lo que mi cuerpo estaba sintiendo.
Sus palabras y sus manos me estaban excitando demasiado, estaba al borde de que mi húmeda entrepierna se derramara como una vertiente sin contención alguna.
Le pedí que quite a los perros de mi lado. Pero ella argumentó que sus perros me harían sentir los mejores orgasmos que recordaría en toda mi vida.
Desnuda, en la reposera, en la posición más baja, con mis ojos semicerrados y mis piernas abiertas, comence a sentir que dos lenguas - no humanas- me llenaban de placer mi cuerpo.
Las lenguas de los perros se movían de una manera inquietante, diferente, mágica, placentera.
Mis pezones parecian de piedra y mis flujos humedecian mi vagina sumado a la saliva de los perros. Mi prima abrió más mis piernas y dejo que fluyeran mis jugos y para sentir aún más sus labios y la lengua de los animales, en un trio perfecto que me hacen sentir algo casi irreal.

Pero estaba sucediendo, era muy real.
En un momento vi que algo rojo le crecía a uno de los perros entre sus patas. Mi prima estaba tan caliente por el modo que los perros se comportaban conmigo que se sumo a las lamidas de ellos y comenzó a lamer mis piernas.
En un momento toque su mano y le dije que toque mi vagina para ver lo mojada que estaba.
Me dijo- ahora verás lo mejor de todo esto- y acerco a uno de sus perros.
El policia entre sus patas sintio la mano de mi prima y casi al instante comenzó a poner tieso su sexo animal, lleno de venas a punto de estallar.
Mi prima se puso en cuclillas y el perro más grande sin distracciones se monto sobre ella.
Como poseido se movía entre los glúteos de mi prima, en un vaivén frenético, hasta que en un momento la penetró.
Me separé de la escena para ver en detalle lo que estaba aconteciendo.
Era excitantemente loco ver la verga del perro entrar en la vagina de mi prima que gemía de una manera casi enloquecida.
Ver ese animal que sin clemencia la penetraba una y otra vez, mientras con sus patas la rodeaba y su baba caia sobre la espalda de ella.
Pero lo que aún no borro de mi mente es el momento que su gran bola roja en el nacimiento de su tronco, empujaba y empujaba en la vagina de mi prima, hasta que se metio completamente en sus labios vaginales.
Los movimientos de ambos se fueron calmando, el perro levantó una de sus patas, quedaron con sus genitales enfrentados y muda sin poder articular palabra me dí cuenta que mi prima habia quedado como dicen vulgarmente - abotonada con su perro- y el no podía salir de su vagina.
Alucinante era el momento, la situación, todo era increible.
Comence a besarla, y a poder ayudarla a liberarse del cuerpo del animal.
Él seguia mas suavemente penetrándola, y ella no paraba de gemir. Se la veia radiante, disfrutándolo.
No tengo noción del tiempo que estuvieron pegados, lo que recuerdo es el sonido - como el descorche de una botella- cuando lograron separarse, despues de haber descargado el perro un líquido acuoso que ahora corría por las piernas de mi prima.


Aún queda un día completo hasta que regresen sus padres
Veremos que sucede.