Hola todos



Os doy la bienvenida a este nuevo blog, que sólo pretende ofrecer relatos de calidad a los lectores y alguna que otra cosa que irá surgiendo.



Espero que lo disfruteis, y agradezo de antemano a todos vuestros comentarios y participación. Saludos



11 de abril de 2012

Esperándola

Debía recogerte en el aeropuerto con algunas ordenes previas que me habias dado a través del email, pero la verdad no estaba dispuesto a obedecer nada sin antes no tenerte delante y poder sentir tu fuerza.
En fin, llegaste al aeropuerto de Marrakech porque en nuestra última conversación te dije que queria enseñarte esta ciudad, considerada por muchos como la mas bonita del mundo, y porqué no, el escenario de nuestra primera y esperada cita. Ibas de rojo y negro, eran sobre las 20:30 de la noche y ya empezaba a vaciarse el aeropuerto. De repente te vi, increible, soberana, segura, desafiante pero con la incertidumbre de saber a que te enfrentabas esta vez. Llevabas un vestido de color rojo ajustado a tu figura para exaltar mas aun tus curvas, bolso color negro con adornos en rojo a juego claro está y sandalias de tacón negras, tacón de aguja como te gusta llevar. El escote era un palabra de honor pero no hacia falta enseñar nada todavía, debiamos jugar un poco con la imaginación al fin y al cabo, además de conocernos íbamos a mantener una reunión de negocios y debiamos mantener la cordura de momento. Yo esperaba sentado en la cafeteria bebiendo un martini, y esto aunque suene a pelicula de 007 la verdad es lo que bebo desde hace tiempo, martini con vodka. Yo esperaba vestido de traje pero con t-shirt ajustada como siempre, un toque de informalidad en mi vestimenta. No hizo falta buscarnos con la mirada, enseguida nos encontramos y una ligera sonrisa se nos escapo a los dos, eso creo que fue lo que nos delato, las ganas que teniamos de vivir ese momento. Como era normal me acerqué a recibirte y presentarme como era debido.

- Pepe: Hola princesa, ¿cómo estás?

- Maria: Bien, algo cansada pero contenta de conocerte.

- Pepe: Entonces tal vez lo mejor seria que cogiera tu equipaje y te acompañara hasta el coche, tenemos mesa reservada a las 21:30 y tal vez quieras pasar antes por el apartamento.

- Maria: Vale, me parece buena idea, asi comprobaré algunas cosas que te pedi que hicieras.

Acto seguido cogi tu maleta y nos dirigimos a mi coche. Una vez delante de él esperaste a que metiera la maleta en la parte de atrás y abriera tu puerta, te subiste y entonces no pude evitar clavar mi mirada en tus sandalias. Acto seguido miré tus ojos y evidentemente habias ralentizado el movimiento de subir al coche para que yo pudiera contemplar tan preciosa maravilla, no hablabamos sólo nos observabamos uno al otro. Arranqué el coche y me dirigí a nuestro primer destino, mi apartamento.
Subimos al piso, abrí la puerta con tu maleta en la mano y te invité a que entraras. Entonces sin mediar palabra me metiste la mano en el pantalón y me dijiste

- Maria: ¿Has hecho lo que te pedi?

- Pepe: No.

- Maria: Vaya, empezamos bien. Veo que la noche va a ser movida.

- Pepe: Claro princesa. No esperabas que podrias dominarme tan fácilmente.

Entonces te levantaste el vestido y te quitaste el tanga que llevabas puesto de color negro con encajes.

- Maria: Abre la boca y siéntate en el sillón mientras me masturbo y después me vuelves a poner el tanga empapado con tu saliba. He sido clara.

Dicho y hecho casi sin darme tiempo a reaccionar me encontraba con tu tanga metido en la boca llenándola de una esencia a mujer como no habia sentido antes.

Maria: A que esperas sientate en el sillon y mientras me masturbo apoyare mi tacon en tu polla para ver como va creciendo.

Está claro que yo no podia ni hablar sólo asentí con la cabeza como acto de sumisión. Tenias un coño precioso y sabias que era la mejor manera de someterme a tus ordenes, lo deseaba y tu notabas ese deseo. estuviste un buen rato masturbandote hasta por fin correrte me di cuenta porque el ultimo suspiro lo senti en mi huevos debido a la presion tan fuerte que ejerciste con tus tacones. Acto seguido me ordenaste ponerte el tanga que llevaba en la boca y que estaba empapado. Te lo puse y al estar de rodillas senti el olor de tu coño de tal manera que no pude controlarme y lanzarme a intentar besarlo, error por mi parte, me agarraste del pelo tirando hacia atrás y me diste un sonoro bofetón que me dio a entender varias cosas, una de ellas es que de verdad estaba delante de una dómina y tendria que cumplir unas normas para que aquello no terminara.
 

Volvi a arrodillarme y a subirte el tanga por donde lo habia dejado. Después bajé tu vestido y me levanté, seguiamos sin decir nada, sólo nos mirábamos pero no hacian falta palabras para entender lo que estaba pasando. Salimos del piso y fuimos al restaurante. Una vez en el coche me dijiste que era bonita la ciudad y que pusiera descapotable el coche para que pudiesemos verla mejor (es un mercedes SL 500). Así lo hice, de repente era como si no hubiese pasado nada antes. Empezaste a hablar de cosas triviales y en general haciéndome preguntas para ir conociéndonos más. Viendo tu reacción yo continué igual que tu y decidi cambiar el chip. Fuimos hablando todo el camino de ti y de mi de las cosas que nos gustaban y de las cosas que teníamos ganas de hacer.
Llegamos al restaurante y nos abrió la puerta el metrê del establecimiento, "pasen, aquí tienen su mesa", nos dijo al entrar. Acto seguido retiró tu silla para que te sentaras y yo decidi acercarme al bar para saludar al dueño del establecimiento que era amigo mio.
Desde alli podia observarte bellisima e imponente, habia algo en tus ojos que escondia tanta pasion y aventura como peligro y eso me encantaba. Volví a la mesa y me senté. Me miraste, sonreiste y noté una presión en el pantalón producida por uno de tus tacones, otra vez habia empezado el juego y tu mirada se volvía lasciva, malvada.

- Maria: No me vuelvas a dejar sola, esclavito.

- Pepe: Princesa sabes que soy un tio público y tengo que saludar.

- Maria: Esclavito ¿empezamos a jugar otra vez?

- Pepe: Porque no me gusta el juego y me gustas tu.

En el fondo te gustaba que fuera un tio tan social y ocupado, ademas el hecho de tener un restaurante y una discoteca me daban más popularidad aún en el mundo de la noche, mi mundo. Seguias ejerciendo esa presión en mi pantalón, y la idea de imaginar uno de tus pies con las uñas color rojo intenso enfundado en unos preciosos tacones de aguja me estaba volviendo loco. Deseaba besarlos, lamerlos, chuparlos. De pronto bajaste el pie y me susurraste

- Maria: Estás deseando arrodillarte y lamer los tacones que llevo puestos ¿verdad?
- Pepe: Si princesa

- Maria: Esclavito no te preocupes que los vas a lamer cuando yo te lo ordene, ¿has entendido?

- Pepe: Si princesa, he entendido.
- Maria: Vale pues en cinco minutos te espero en el servio de señoras, que por cierto esta en la segunda planta.

- Pepe: Aquí no deberiamos hacer nada princesa.

- Maria: Te espero en cinco minutos y mas te vale no tardar cabrón.

Volvia a cambiarte el rostro dulce por la mirada lasciva. Me encantaba esa mirada. Pasaron cinco minutos y decidi ir al servicio como habiamos quedado. Estabas sóla sentada en la encimera del vestibulo masturbándote con el tanga puesto. En ese momento dirigiste tu mirada hacia mi y me dijiste,
- Maria: Cabrón ahora si me vas a lamer las sandalias como estabas deseando, arrodillate y empieza mientras acabo de masturbarme.

- Pepe: Si ama

Un silencio reinaba en aquel vestibulo después de mi contestación, ambos sabiamos cual era nuestro papel en el juego. Me arrodillé y empezé a lamer esos tacones que llevaban toda la noche volviendome loco, mientras lamia uno tu apoyabas el otro en mi cabeza ejerciendo presion y dándole mas fuerza a tu poder a la vez que intensificabas la velocidad de tus dedos entrando y saliendo de tu coño.

- Maria: Para cabrón

- Maria: sube la cabeza y lameme el coño hasta que no quede ni una sola gota de flujo dentro de el.

Sin dudar un segundo deje de lamer uno de tus tacones y alze la cabeza hasta tu coño ya bastante humedo y con ganas de engullir lo que se le acercara. Sin rodeos meti mi lengua dentro de el lo mas que pude y empeze a moverla al ritmo que tu movias las caderas y me presionabas la cabeza con fuerza casi axfisiandome con el

- Maria: Sigue cabrón, sigue lamiendo y trágate todo lo que sale de él

Asi estuvimos durante unos tres ó cuatro minutos hasta que senti como una cantidad de flujo grande bañaba mi rostro. Efectivamente habias tenido una corrida monumental. Aún con espasmos yo seguia lamiendo pero esta vez de manera suave y delicada, me apartaste la cabeza me acercaste tu boca a la mia y me dijiste susurrando,

- Maria: Limpia por fuera y por dentro todo mi coño y después méteme la lengua en el culo hasta que yo te diga basta.

Estaba casi sin aliento después de haber estado cuatro minutos ahogándome entre tus piernas pero la excitación de seguir lamiendo todo lo que me pedias era mayor y no podia parar. Asi lo hice, acabe de limpiar todo tu coño por dentro y por fuera mientras tu te retocabas el rimel de tus ojos. Después te diste la vuelta para seguir retocandote y abriste las piernas exponiendome tu culo e indicandome donde debia de empezar a lamer. Estuve lamiéndotelo otro par de minutos hasta que terminaste de retocarte después te bajaste el vestido y me dijiste
 

- Maria: Enjuagate la boca esclavito que huele a coño desde fuera del servicio

No contesté sólo asenti con la cabeza dandome cuenta de lo que acababamos de hacer en el servicio de un restaurante publico a las diez de la noche, no se si alguien nos vio pero me daba igual. Bajamos al restaurante y volvimos a sentarnos. El camarero parecia algo desconcertado supongo que porque habiamos desaparecido los dos durante casi veinticinco minutos. Bueno una vez sentados, continuó la velada como si no hubiera pasado nada.
Seguiamos hablando de tu trabajo del mio y de cosas generales que pasan en el mundo. Acabamos de cenar y me dijiste que el postre lo tomariamos en el apartamento y después nos iriamos a tomar una copa. Yo asenti con la cabeza y llamé al camarero para pagar la cuenta. Nos levantamos y nos subimos otra vez en mi coche camino del piso. No podia dejar de mirar tu cuerpo enfundado en ese vestido ajustado mi excitación crecia por momentos y aun no habias dejado que yo me corriera, estaba a punto de explotar. Llegamos al piso y nada mas entrar me diste la primera orden.

- Maria: Desnúdate y túmbate en la cama

- Pepe: Si princesa

Me diste un sonoro bofetón y me dijiste

 
- Maria: Si ama, no princesa
 
- Pepe: Si ama

- Maria: Vale mejor ahora

Me tumbé en la cama como me habias ordenado y te quitaste el vestido delante mio. Me ataste las muñecas a los laterales del cabezero con un lazo que llevabas en el bolso y me volviste a meter el tanga en la boca, el sabor era cada vez mas intenso a tu coño pero me encantaba. Mi erección era bastante notable y sin avisar te la metiste en la boca. Empezaste a chuparla alternando delicadeza y brusquedad además me dabas mordisco en la punta que me hacian estremecer todo el cuerpo. Me mirabas y me decias
- Maria: Te gusta esclavito. Vaya otra vez se me olvidaba que con mi tanga en la boca no puedes hablar. Bueno no importa, tampoco tenia ganas de escucharte.

Después de esto seguiste chupando sin parar, yo intentaba avisarte que estaba a punto de correrme pero no podia decirtelo de ninguna manera, tu seguias y seguias hasta que sin poder evitarlo empezé a correrme en tu boca. Tu no parabas y seguias chupando y tragando como si no pasara nada. Después de casi 30 segundos de estar corriéndome creo que me sacaste todo lo que habia dentro, te levantaste y me volviste a susurrar, "voy a ducharme, no te muevas de aquí que ahora vuelvo".
Ahí me tuviste casi 30 minutos con el tanga en la boca, atado y con la incertidumbre de qué pasaria cuando volvieras. Llegó el momento y apareciste, llevabas un picardias de color negro y encaje que no enseñaba nada pero insinuaba todo. Nada mas verte mi polla volvio a ponerse dura y tu con mirada picara me volviste a susurrar, "voy a follarte, me voy a correr y después te sacare el tanga de la boca para sentarme en tu cara y que me comas el culo hasta que me hagas correr otra vez. Entendido esclavito".
Te subiste encima de mi y estuviste cabalgándome un buen rato sin parar despacio y rapido, ibas marcándome los tiempo controlando mis impulsos para evitar que me corriera. Estuviste asi hasta que empezaste a correrte, lo noté porque cogiste el cinturón del vestido y empezaste adarme latigazos con el a medida que ibas teniendo espasmos. Menos mal que no tuviste demasiados, yo estaba atado con el tanga aún en la boca con ganas de correrme y con el pecho rojo de los latigazos que me habias propinado hacia unos segundos. Te levantaste y me dijiste

- Maria: Voy a sacarte el tanga de la boca para sentarme en ella con el culo justo a la altura de tu lengua, ¿has entendido?
Asentí con la cabeza.
Me quitaste el tanga totalmente empapado claro está, llevaba más de una hora dentro de mi boca, y te pusiste de pie en la cama. Era increible ver tu figura altiva con esos tacones de aguja y yo tumbado debajo de ti expuesto a lo que te apeteciera. Empezaste a jugar con mis huevos pisandolos con tus tacones, después los pasabas alrededor de mis pezones y por ultimo te pusiste de pie sobre mi con un pie en el estomago y el otro apoyando la punta del zapato en mi boca,
- Maria: Abre la boca, cabrón. Ábrela y saca la lengua a ver como lames mi tacon hasta que lo dejes reluciente.

- Pepe: Si mi ama

Me empezaste a meter el tacón en la boca como si me estuvieses follando con el mientras yo sentia la presion de tu cuerpo de pie sobre mi estomago. Nada mas por ver aquella imagen de poder sobre mi que tenias era capaz de aguantar la presión que me estabas haciendo. Cuando creiste que estaba bastante limpio procediste a cambiar de pie y hacer lo mismo con el otro, asi hasta que también lo dejé reluciente como tu querias. Una vez termiando te diste la vuelta dandome la espalda y abriendote bien los gluteos te sentaste en mi cara, uff fue increible sentia el orificio de tu culo justo sobre mi boca nada mas para que mi lengua lamiera y se introdujera lo mas hondo que pudiese. Asi estuvimos un buen rato, te levantabas de vez en cuando para dejarme respirar y volvias a dejar caer todo tu peso sobre mi, mientras jugabas con tu cinturón y mi polla marcando un ritmo entre pequeños latigazos y la velocidad que querias que moviera mi lengua dentro de tu culo. Te inclinaste un poco hacia delante y ya dejaste caer tu coño sobre mi boca humedo y jugoso como siempre, yo me afane en lamerlo como si llevara toda la vida deseándolo y queria ofrecerte el mejor orgasmo de tu vida.
Después de un buen rato acabaste corriendote dos ó tres veces en mi boca no lo se y no pudiste evitar volver a meterte mi polla en la boca. Te habias corrido pero algo me decia que no querias levantar tu coño de ahí, que querias que siguiera lamiendo. Entonces bajé la velocidad y con delicadeza fui lamiendo para darte tiempo a que te recuperaras y pudieras volver a correrte otra vez. Tu con mi polla hacias lo mismo controlando mis impulsos ya que sabias que me estabas volviendo loco y aunque me prohibieras correrme no era capaz de controlar tanta excitación.
Noté la orden de volver a lamer con fuerza y sin pausa, eso significaba que tu coño estaba preparado otra vez para correrse de nuevo sobre mi. También aceleraste el ritmo de mi polla en tu boca, nos habiamos convertido en un solo cuerpo empeñados ambos en darle placer al otro, creo que ese momento no era de Salma y Hustler sino de Fran y Raquel. Seguimos un buen rato hasta que coincidimos el instante para corrernos los dos a la vez nuestros cuerpo se estremecían y se movian unidos como uno solo al compás de la música que marcaban nuestros espasmos hasta que la relajación llegó a su maximo punto y separamos los cuerpos cayendo cada uno en un lado de la cama. Yo tenia la cara empapada de tus flujos y tu la boca llena de mi semen. Te giraste me diste un beso corto porque sabias que no me gustaba el sentir mi sabor en la boca y me dijiste al oido,

- María: Te espero en la ducha, no tardes, vale
- Pepe: Ahora voy princesa.
Algo habia pasado en ese ultimo acto de sexo entre nosotros que nos habian transformado otra vez en lo que somos realmente, cambió el vicio y la perversión por dulzura y cariño, eso prueba que dos personas pueden sufrir una metamorfosis en cualquier momento cuando lo desean a la vez.
Me fui a la ducha y alli estabas tu, hermosa, dulce, delicada, casi no te reconocia. Entré contigo en la ducha y esta vez si nos fundimos en un beso de amor y pasión. Estuvimos mas de 20 minutos debajo de la ducha besandonos y tocandonos, después cuando acabamos me susurraste al oido

María: Vamos a la cama que estoy cansada del viaje y mañana tomamos una copa ok

Pepe: Vale princesa vamos a descansar y mañana te enseño la cuidad

Volviste a darme un beso ya en la cama metidos y te abrazaste a mi pecho, cuando ya creia que te habias dormido, volviste a susurrar

María: Esclavito mañana me despiertas cuando me hayas hecho el café, y lo haces lamiendome los pies suave y delicadamente hasta que te diga basta

Me quede bloqueado y sin mediar palabra mire tus ojos y volvia a ver esa mirada picarona y lasciva que tanto me gusta.

Pepe: Si princesa